El 28 de Julio del 2020, el Prof. Dr. Steve H. Hanke, ha publicado un articulo en la revista National Review (online) y en el Instituto CATO, Washington DC, con el título: “Mothball Central Banks and Dollarize”.
A continuación, compartimos la versión en español de este artículo bastante popular.
“Los bancos centrales emiten divisas y ejercen una amplia discreción sobre la conducción de la política monetaria. Aunque hoy están muy amplios, los bancos centrales son arreglos institucionales relativamente nuevos. En 1900, solo había 18 bancos centrales en el mundo. Para 1940, 40 países los tenían, y hoy hay 160 países.
Antes del auge de los bancos centrales (nacionalismo monetario), el mundo estaba dominado por áreas monetarias unificadas, o bloques, el mayor de los cuales era el bloque de esterlina. Ya en 1937, el gran economista austriaco y ganador del Premio Nobel, Friedrich von Hayek, advirtió que la moda del banco central, si continuaba, conduciría al caos monetario y a la expansión de las crisis bancarias. Sus presentimientos estaban justificados. Las crisis monetarias y bancarias han envuelto el sistema financiero internacional con una fuerza y frecuencia cada vez mayores. De hecho, para la mayoría de los países con mercados emergentes con bancos centrales, los flujos de dinero son frecuentes y también habituales son las crisis cambiarias y las crisis de bancos nacionales. ¿Qué hacer con esto?
La respuesta es obvia, los países vulnerables de los mercados emergentes se dediquen a eliminar sus bancos centrales y monedas nacionales, reemplazándolos con una moneda extranjera sólida. Hoy, 32 países están “dolarizados” y dependen de una moneda extranjera como moneda de curso legal.
Panamá, que se dolarizó en el año 1903, ilustra las características importantes de una economía dolarizada. Al unirse al bloque del dólar estadounidense, Panamá eliminó los riesgos de tipo de cambio y la posibilidad de una crisis monetaria frente al dólar estadounidense. Además, la posibilidad de crisis bancarias se mitiga en gran medida porque el sistema bancario de Panamá está integrado en el sistema financiero internacional. La naturaleza de los bancos que poseen licencias generales proporciona la clave para comprender cómo funciona el sistema en conjunto sin problemas. Cuando las carteras de estos bancos están en equilibrio, son indiferentes en el margen entre desplegar liquidez (préstamos) en el mercado interno y hacerlo en el extranjero. A medida que cambia la liquidez (el potencial de creación de crédito) de estos bancos, ellos evalúan las tasas de rendimiento ajustadas al riesgo en los mercados nacionales e internacionales y ajustan sus carteras en consecuencia. El exceso de liquidez se despliega a nivel nacional si los rendimientos ajustados por riesgo interno exceden los del mercado internacional. Se despliega internacionalmente si los rendimientos ajustados por riesgo internacional exceden los del mercado interno. Este proceso se revierte cuando surgen déficits de liquidez en los bancos panameños.
El ajuste de las carteras de los bancos es el mecanismo que permite un flujo suave de liquidez (y crédito) dentro y fuera del sistema bancario (y la economía). En resumen, los excesos o déficits de liquidez en el sistema se eliminan rápidamente porque los bancos son indiferentes en cuanto a si despliegan liquidez en los mercados nacionales o internacionales. Panamá puede verse como un pequeño reservorio conectado por su sistema bancario a un enorme océano internacional de liquidez. Entre otras cosas, esta estructura hace innecesaria la función tradicional de prestamista de último recurso realizada por los bancos centrales. Cuando las tasas de rendimiento ajustadas al riesgo en Panamá exceden las del exterior, Panamá extrae del océano internacional de liquidez, y cuando las ganancias en el extranjero exceden las de Panamá, Panamá agrega liquidez (crédito) al océano en el extranjero. Para continuar con la analogía, el sistema bancario de Panamá actúa como el Canal de Panamá para mantener los niveles de agua en dos cuerpos de agua en equilibrio. No es sorprendente que, con este alto grado de integración financiera, prácticamente no haya correlación entre el nivel de crédito otorgado a los panameños y los depósitos en Panamá. Los resultados del sistema monetario dolarizado de Panamá y el sistema bancario internacionalmente integrado han sido excelentes en comparación con otros países de mercados emergentes:
– Las tasas de interés han reflejado las tasas del mercado mundial, ajustadas por los costos de transacción y el riesgo.
– Las tasas de inflación han sido levemente más bajas que las de los EE. UU.
– El tipo de cambio real de Panamá se ha mantenido muy estable y en una tendencia ligeramente despreciadora frente a la de los EE. UU.
– El sistema bancario de Panamá, que opera sin un prestamista de último recurso como el banco central, ha demostrado ser extremadamente resistente. De hecho, resistió una importante crisis política entre Panamá y los Estados Unidos en 1988 e hizo un fuerte regreso al ápice del éxito en los principios del año 2000.
Los países de los mercados emergentes deben seguir el ejemplo de Panamá y “dolarizar”. La mayoría de los bancos centrales de los países emergentes producen monedas basura, crisis y aprietos bancarios, inestabilidad y miseria económica. Estos bancos centrales deberían haber sido abandonados y puestos en museos hace mucho tiempo.”
El Prof. Dr. Steve H. Hanke es profesor de Economía Aplicada en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore. Es miembro distinguido y director del Proyecto de las Monedas en Problemas en el Instituto CATO en Washington, D.C.
Fuente: https://www.nationalreview.com/2020/07/monetary-policy-dollarization-benefits-emerging-markets/
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