Bajo mi modesto entender hemos tenido una edad de oro de la cultura española en el siglo veinte sobre y con el humor gráfico.
Estoy realizando una serie de columnas, recuperando de alguna manera, recordando un poco a algunos de los grandes humoristas gráficos que han estado respirando estos aires y soportando el peso de esta tierra, con sus avatares sociohistóricos.
José Luis Mena, Madrid, 1935-2006. En mi modesto entender-comprender, Mena es una de las grandes figuras del humor gráfico del siglo veinte. Con el humor, podríamos describirlo como el género aforístico con líneas y palabras, descubierto-inventado en estos últimos tres siglos, aunque con precedentes en siglos anteriores. Con la viñeta se intenta representar el ser-estar de algún aspecto de la realidad.
En un tiempo que emocional-afectiva-sentimentalmente nos sobreestimulan, con multitud de informaciones-emisiones de todo tipo. Quizás, el humor, en la selva-bosque del existir cotidiano-rutinario, nos permite pensar-sentir, dejar que el silencio-tiempo transcurra medianamente, durante un tiempo y un espacio. Nos permite detenernos a y en nosotros mismos. Podríamos indicar, nadie se ofenda, que sería un pequeño ejercicio Zen, no se ofendan los puristas, que cualquier persona puede realizar yendo en el metro, autobús, esperando la consulta del médico, en el banco frente a la escuela mientras emerge del buque de la enseñanza el hijo o la nieta.
No todos las viñetas son geniales u obras esenciales o maestras, no todos los autores en este género en toda su producción, pero esto sucede en todos los oficios y profesiones, artísticas o no. Pero existen algunos dibujos que, estemos de acuerdo con ellos o no, en varias líneas y varias palabras, o solo líneas o manchas nos representan una estado de cosas-realidad interior o exterior, mental o material, individual o social, histórica o cultural, metafísica o religiosa.
El humor, puede hacer, en un trozo de papel, de un tamaño reducido, lo que otros necesitan un artículo-columna de mil palabras, o, incluso varias miles de palabras. No solo muestra, sino que en pocas líneas, a veces, demuestra. Es una realidad que no entendemos o comprendemos, ahora que con las ediciones virtuales de los periódicos, estén reduciendo la sección de humor gráfico, total o parcialmente. Cuando, al menos, sería un complemento de la sección de opinión. Hoy, que por cierto, cuándo las noticias nos llegan en segundos, hoy, más que nunca, pienso, modestamente, que los medios de comunicación, además de informar, deben informar con interpretación, causas y razones y motivos y fines, y, por eso, creo-estimo que los géneros de la opinión y los de las viñetas, podrían ocupar más lugar.
Mena como todos los humoristas gráficos de su época, estuvo cabalgando en un caballo con dos estribos, por un lado, un tiempo, dónde la libertad de prensa, estaba limitada, y, otro, en el cual, teóricamente, no existía/existe tanta limitación. Pero el humorista como el columnista, sabe y conoce y entiende, que existen muchas líneas-fronteras-murallas-censuras-autocensuras. Unas, producidas por las grandes sistemas legislativos, que la democracia, ha derogado, pero después, existen otros fosos-cavas, los del medio en particular, los equipos directivos en particular, los del público de esos medios en particular, los de las fuerzas ideológicas o de presión o culturales en particular, los propios del autor en particular, la autocensura del humorista en particular…
Frente al humor gráfico y en general, siempre he tenido una postura compleja, decir ambigua, no sería cierto. Indicar, que ha sido clara y monolítica también. Empecé a realizar-construir viñetas de humor hace cuatro décadas aproximadamente, realicé algún curso por correspondencia, me interesé y profundicé en este arte o género, para mí, una especie de delta, donde confluye el arte plástico, el arte literario, el arte filosófico, el arte de la actualidad. Y, y realicé, viñetas que algunas publiqué en algún medio provincial. Después, diríamos, por diversas avatares-razones-circunstancias hubo un tiempo de interrupción material de humor gráfico, pero no de pensarlas-repensarlas, de tener esa visión, entre otras, del humorista gráfico.
Ahora, por otras circunstancias, diríamos que he vuelto a dos de mis sueños de siempre, el artículo periodístico y, el dibujo, en todas sus formas, realidades que no he dejado, dibujo-pintura, pero retomo el género del humor gráfico. Mena, sería uno de los grandes maestros, dónde todos hemos bebido, en mayor o menor grado. Ser agradecidos, pienso que es una labor esencial en el mundo de la cultura. Sé, que esto no es general. Solo se alaba a una corriente del río o de un lado-orilla del mar. Pero no es mi forma de ser-estar en el mundo. Aunque nada cultural, me satisface totalmente, de todo y de todos he aprendido. Y, por tanto, a todos los autores, les debo el homenaje y el respeto.
Pienso que esta sociedad-país-Estado-Cultura del momento, aprenderíamos mucho, si volviésemos a leer-pensar-meditar las viñetas, cientos, miles que produjeron no solo Mena, sino todos los maestros de aquella época. Es una pena, que no valoremos lo suficiente el reino de las viñetas, un género artístico y cultural y literario y… ¡Qué nos dice tanto, tanto de nosotros mismos…! ¡Tanto de usted, aunque no en todas las tiras estemos de acuerdo…!
Mena que ganó el Premio Paleta Agroman de humor, me digo a mi mismo, no podría ese premio continuar, aunque la empresa haya quedado absorbida en otro holding.
Mena con su línea clara, con el blanco y negro, nos enseña, toda la blancura y toda la negrura, o mucha de la que todos llevamos dentro de nosotros mismos, toda la que pintamos fuera de nosotros mismos…
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