Casi todos hablan del concepto y realidad, pueblo, ahora menos que antes, pero qué es el pueblo, qué poder tiene el pueblo, qué poder debe tener el pueblo…
Existen en estos dos últimos siglos, como dos grandes ópticas o dimensiones o perspectivas, si fuese más vanidoso, hablaría de dos paradigmas, los que indican, que el pueblo es el que tiene que dirigir los destinos de la sociedad, y, por tanto, ocupar el poder del Estado o el Estado, y, los que piensan que el pueblo, con diferentes matices y matizaciones, el pueblo tiene que ser regido o gestionado o apacentado por las elites o superelites. Después, estarían todas las formas combinadas e hibridaciones y sinergías…
David Gistau, maestro del articulismo que nos dejó demasiado pronto, publicó un artículo en El Mundo, el día 08 febrero del 2009, que tituló Las razones de la turba, en la cual, con distintos lenguajes y estéticas y estilos, roza, en definitiva, la esencia problemática que se produce en Occidente, desde hace siglos o milenios. Si es que existe un denominado común en Europa, desde hace, al menos, dos milenios, es el intento del pueblo, en cada época, desde Roma, de ir adquiriendo más derechos.
El cristianismo proporcionó, no se agradece, aunque Nietzsche, sagaz en esto, fue consciente, que el cristianismo otorgó, mucha dignidad y muchos derechos al pueblo, o, muchos potenciales derechos. Cosa que los que venimos después, no agradecemos/valoramos/ponderamos lo suficiente. Si nos fijamos bien, en el transcurrir de la historia ha sido un proceso enorme de evolución en dignidad humana de todos los hombres, del pueblo, y, de derechos. Algunos hitos: pasar de la esclavitud al feudalismo, del feudalismo a la servidumbre, de la servidumbre a las revoluciones modernas, -con sus negros y sus grises y sus rojos-: La revolución Parlamentaria Inglesa, La Revolución de Independencia Americana, la Revolución Francesa…
En los anteriores hitos, no nos fijamos en la sangre que llenaron plazas y foros y calles, no entro en esa cuestión –bien haríamos en darnos cuenta, que la evolución en paz, en derechos es una temática que todavía no hemos descubierto-, sino en los derechos que se fueron consiguiendo… ¿Cómo avanzar en dignidad humana y en derechos sin revoluciones y contrarrevoluciones sangrientas…? ¿Cómo seguir el esquema de teoría política del Aquinate, que el sistema ideal, es una armonización entre el gobierno de uno, de unos pocos y de muchos, es decir, entre un Presidente/Rey, la Nobleza/financiera/industrial -en estos momentos-, y el pueblo o la mayoría…?
Recuerdo que en un centro educativo, un toledano, profesor, en la sala de profesores, él indicaba que no se consideraba pueblo, no lo expreso esto, como crítica a dicha persona, que creo afirmó esa frase, para saber lo que yo pensaba o yo contestaba, y, yo le contesté que yo, si era pueblo, yo si me sentía pueblo, que podría saber yo o él, un poco más de historia o de filosofía, pero que en el resto de cuestiones somos semejantes al pueblo. También el pueblo sabe y conoce más que el profesorado de electricidad, de banca, de finanzas, de dirección de empresas, de cerámica, de vender tomates, y también son pueblo…
Pienso que hoy, el concepto de pueblo, no está valorado, quizás, debido a las ebriedades que se llegaron en el siglo veinte, que en nombre del pueblo, denominado de distintos modos, se llenó Eurasia de sistemas no-democráticos, con consecuencias, que todavía se nos hiela el corazón en trozos de hielo, -ahora que son tan caros y escasean…-. Pero el pueblo es la mayoría. No voy a entrar aquí, en eso de las clases sociales: altas y medias y bajas, y, en cada grupo, dos, alta alta y alta baja, media alto y media baja, baja alta y baja baja. Y, después, otras dos, las superelites, que están por encima de las altas, y, una clase, que no sé que nombre ponerle, que está por debajo de la baja –según algunos y, que merecen, nuestro respeto y conmiseración, y planes para que salgan de esa situación…-.
Cuando alguien está o pertenece o es definido como de la clase baja o baja baja, o, incluso más en el subsuelo, me pregunto, quién sabe si un tatarabuelo/a, pertenecía a la clase alta alta, y quién sabe, si de la superalta –pero los vaivenes de la vida, quizás, en un momento, de la generación, un hijo no legítimo, por utilizar un lenguaje del pasado…-.
Cuándo te encuentras, y, existen muchos encuentros así, que alguien se siente superior a ti, a mí, y al vecino. Según la situación social. Debes recordar dos aspectos, uno, el que dice una persona muy cercana a mí, no diré el nombre, “acuérdate que ese que se siente tan importante, qué hace o cómo se pone cuándo está defecando…”.
Segundo, que no olvide, que quizás su o algunos de ellos, su bisabuelo o su tatarabuelo, era, posiblemente, salvo los duques de Alba, posiblemente, era del pueblo, quién sabe, si un pequeño tendero, un pequeño agricultor, un pequeño cochero…
Esos que se sienten tan esenciales e importantes y superiores, deberían pensar y sentir y meditar ambas afirmaciones anteriores. Paz y bien…
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