Atún Calvo nos ha sorprendido con una campaña publicitaria que es un claro homenaje a las madres de familia. El spot nos habla de los “super-poderes” de una madre. Sin explicación alguna, saben qué es lo que han hecho sus hijos, la trastada que quieren ocultar, con quién han salido y por qué se muestran esquivos.
El spot alude a ello en el monólogo de un joven asustado: “Si las miras directamente a los ojos: mal. Si evitas el contacto visual: peor”. Sus super-poderes siguen en aumento: “Dicen que son capaces de leer el movimiento de tus dedos cuando estás escribiendo un mensaje” “Y de escuchar cosas imperceptibles al oído humano. Vemos al hijo enfermo en la cama, pero la mirada de la madre se dirige al inocente flexo encendido: “Sólo ellas detectan que tú no tienes fiebre, tienes examen de capitales de la nueva Europa…”.
Efectivamente, la madre tiene poderes especiales. Unos super-poderes que los demás mortales no tenemos. Es capaz de ver, oír y entender lo que nadie puede. Y es que llevan mucho tiempo entrenando. Nos sacan mucha delantera. Cuando un bebé llora”, inmediatamente dice: “Tiene hambre”. Poco después, el bebé vuelve a llorar y ella exclama: “Ahora está mojado”. Para los demás ha sonado igual, para ella no.
Por eso, cuando llega la época adolescente y el padre es incapaz de imponer su autoridad y su disciplina, ella sabe cómo contener la rebeldía juvenil: le basta una sonrisa, una caricia, una palabra de afecto. Y todo se arregla. Porque todo lo sabe. “¿Qué le pasa a nuestra hija?”, pregunta, desconcertado, el padre. Y responde la madre, que lo sabe ya desde hace semanas: “Pues… que se ha enamorado”.
De ahí el eslogan final: “A una madre es imposible engañarla”. Sí, ella sabe qué es lo que necesitan sus hijos; y con qué plato va a acertar ese día, y de qué productos se puede fiar. Pero esto… es mejor que lo cuente Atún Calvo. (Fuente: Publicidad y Cine con Valores).
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