El presidente de la Comisión Europea (CE)Jean-Claude Juncker inaugurará mañana en Riga junto con la primera ministra letona, Laimdota Straujuma, la presidencia de la Unión Europea (UE) que ejercerá el país báltico, un semestre que estará marcado por las elecciones griegas y las relaciones con Rusia.
Aunque oficialmente Letonia recogió el testigo de la presidencia italiana el pasado 1 de enero, este jueves se inaugura formalmente ese periodo con una rueda de prensa en la que Juncker se enfrentará por primera vez a preguntas sobre las especulaciones de una eventual salida de Grecia del euro (“Grexit”).
Un posible “Grexit”, un escenario enfriado por la CE, ha causado temor en los mercados, incluso antes de que se lanzara desde el semanario alemán Der Spiegel un globo sonda sobre la valoración de esa hipótesis por parte de la canciller Ángela Merkel.
Se espera que Juncker, que viaja acompañado del colegio de comisarios a Riga, reitere que la pertenencia a la eurozona es “irrevocable” y que no es el Ejecutivo comunitario sino el pueblo griego el que, con su voto, debe decidir sobre su futuro en el euro más allá de las preocupaciones en algunos mercados y algunas capitales por una victoria de Syriza en las elecciones del día 25.
Además de Grecia, las relaciones de la UE con Moscú marcarán los próximos seis meses. El experto del Center for European Policy Studies (CEPS) Fabian Zuleeg señaló a Efe que “claramente Letonia está muy influenciada por su situación geográfica e histórica a la sombra de Rusia”. Según Zuleeg, “siempre es difícil pronosticar el futuro, pero parece claro que la crisis económica en Rusia va a tener repercusiones en las relaciones de la UE con Moscú y relacionado con ello también la política energética”.
En los próximos seis meses se seguirán estudiando en el Consejo nuevas sanciones a Rusia por la crisis ucraniana, un asunto sobre el que Letonia siempre se ha posicionado a la cabeza sin paños calientes. El programa de prioridades de la presidencia letona pasa igualmente por avanzar en el paquete legislativo del plan de inversión para Europa, los trabajos de refuerzo del mercado único, el lanzamiento de las discusiones de la unión energética, y la promoción de la competitividad industrial comunitaria.
Juncker dijo antes de su viaje que su deseo es que la presidencia letona apoye sus objetivos de “conseguir resultados importantes para los ciudadanos”. “Espero el momento de hablar en Riga con nuestros colegas y
amigos letones sobre el modo en que podemos plasmar las ambiciones en una realidad: potenciar la competitividad europea mejorando el clima para las inversiones y lograr una Europa digital sin fronteras y una Unión de la Energía europea fuerte son nuestras prioridades conjuntas”, añadió.
El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, declaró en su visita en diciembre a Riga que su experiencia “muestra que las presidencias de países pequeños están muy implicadas en el éxito de las reformas”, una reflexión que se espera también lleve a cabo el propio Juncker. Letonia, donde gobierna el Partido de la Unidad, de ideología liberal conservadora, es a menudo puesto como ejemplo de las beneficiosas consecuencias de las reformas económicas por las instituciones europeas tras superar una grave crisis económica.
Letonia cuenta en el Ejecutivo comunitario con el vicepresidente para el Euro y el Diálogo Social Valdis Drombrovskis, ingeniero económico de 43 años y del partido conservador Nueva Era. Dombrovskis, que le disputó sin éxito a Juncker la candidatura a la presidencia de la CE del Partido Popular Europeo (PPE), dimitió de su cargo de Primer Ministro en enero de 2013 tras el desplome de un centro comercial en Riga en el que murieron 54 personas.
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