La nueva estrategia por parte de Mediaset para luchar contra Antena 3 y su espacio estrella: “Velvet”. “Hay una cosa que te quiero decir” vuelve a moverse en la parrilla de Telecinco y se traslada a los lunes, día en que se emite la serie de Miguel Ángel Silvestre y Paula Echevarría. El cambio será efectivo la próxima semana con la esperanza de que el invitado estrella del programa de Jorge Javier Vázquez, Jesulín de Ubrique, arrebate audiencia a las galerías de moda más famosas de televisión.
El propio presentador lo ha confirmado. Este movimiento de la cadena hace que se retrase la emisión de los capítulos de “La que se avecina”, a pesar de que Telecinco ya los anuncia. La estrategia del canal de Mediaset parece ser la de esperar a que “Velvet” agote los episodios que le quedan por emitir y así “La que se avecina” se quede sin competencia posible en el “prime time”.
Volver a tomar el contacto con personas que marcaron algún momento del pasado, anónimas o muy conocidas; ser el protagonista de una inesperada declaración de amor; conocer a un personaje famoso o superar las diferencias que han acabado dañando una relación. Éstas y otras emotivas historias están protagonizadas por los participantes anónimos y famosos de “Hay una cosa que te quiero decir”.
Jorge Javier Vázquez, el mismo que se dedica a triturar las vidas ajenas en horario de protección al menor, se pone al frente de este espacio con el que pretende sorprender, alegrar y arreglar relaciones truncadas.
Con su estilo propio, Vázquez presenta las historias leyendo el guión, no se sabe si por miedo a equivocarse o por incapacidad intelectual de retener algunas biografías. Lo cierto es que su actitud ausente alarga unos silencios que buscan crear tensión pero en los que más parece que no sabe qué decir. Al presentador le falta naturalidad y buenos sentimientos, aunque se nota el esfuerzo, para convertir este espacio en un intento por hacer algo bueno por los demás.
“Hay una cosa que te quiero decir” es un programa lento, aburrido y despiadado en el que se magnifican los recuerdos, se amplifican los sentimientos y se abusa de las lágrimas. Un espacio que no debería afectar más que a los implicados. Aunque, conociendo a nuestra audiencia, que goza más de vivir historias ajenas que propias, puede que encuentren en este programa un pasatiempo que les ayude a eso, a matar el tiempo.
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