Turquía ha experimentado una ola de indignación durante el fin de semana por la muerte de una estudiante universitaria de 20 años de edad, asesinada y quemada la semana pasada en la sureña ciudad de Mersin, cuando se dirigía a su hogar.
El cuerpo quemado de la estudiante Ozgecan Aslan fue descubierto el 13 de febrero en el lecho de un río, en el distrito Tarsus de Mersin. Tres sospechosos fueron detenidos por acuchillar a la joven hasta causarle la muerte y luego quemar sus restos.
El asesinato ha enfurecido al país, y personas de todos los sectores de la población han expresado su ira y pedido justicia. Las mujeres turcas van a vestirse de negro el lunes en todo el país, en una protesta de alcance nacional y exigirán al gobierno que detenga la violencia contra las mujeres en el país.
Ahmet Davutoglu, el primer ministro turco, dijo el domingo pasado que el gobierno hará más para defender los derechos de las mujeres, y que las mujeres deberían hacerse oír por Ozgecan Aslan, así como por todas las mujeres sujetas a la violencia en Turquía. Él también anunció que el gobierno está planeando abrir una institución para jóvenes en la ciudad, y llamarla “Ozgecan Aslan”, en honor a la muchacha asesinada.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su esposa, Emine Erdogan, llamaron a la familia de Aslan para ofrecer sus condolencias y condenar el asesinato. De acuerdo con el diario Sabah, centenares de personas se juntaron el sábado en Taksim, el centro de Estambul, en una protesta, para incrementar la conciencia social sobre el tema del femicidio en Turquía.
El miércoles, la familia de Aslan informó a la policía que su hija estaba desaparecida. Un día más tarde, el conductor sospechoso de un minibus, su padre y un amigo fueron detenidos, cuando el padre de la víctima encontró el sombrero de la hija en el bus.
De acuerdo con el interrogatorio, el conductor trató de violar a la joven, mientras ella lo rechazaba con aerosol de pimienta, pero más tarde fue mortalmente acuchillada.
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