Las Fuerzas de Defensa de Kenia atacaron a los miembros del grupo de militantes islámicos Al-Shaabab en su base en Gedo – una región de Somalía al margen de la ley. Más de treinta militantes del grupo islámico han muerto el 10 de enero en un combate en la base de Garbarahey en la que se estaba llevando a cabo una reunión sobre estrategia. Según informan los medios de comunicación kenianos, un oficial de alto rango de las Fuerzas Armadas de Kenia dijo durante la reunión varios aviones atacaron el campamento de Al Shabaab. Varios comandantes clave del grupo terrorista islámico han muerto junto con otros combatientes. No se ha comunicado la identidad de las personas fallecidas.
Una fuente miliar de Kenia dijo: “Estamos tratando de determinar sus identidades, pero son sin duda altos mandos dentro de la jerarquía del grupo militante,” y también agregó que se neutralizaron recursos clave de Al Shaabab
Kenia ha sufrido continuas incursiones por el grupo islámico durante los últimos tres años. Al Shabaab está acusado de secuestros, asesinatos y otros actos terroristas violentos en Kenia. En pos de buscar el desafío a la seguridad, el presidente Uhuru Kenyatta ha mantenido la presencia de las fuerzas de seguridad de Kenia a lo largo de la frontera compartida con Somalía, continuando con una política iniciada por su predecesor Mwai Kibaki. Al Shaabab, por su parte, ha prometido continuar sus represalias, tal como la agresión física mortal llevada a cabo en un centro comercial en septiembre del año 2013. Varios miembros de Al Shaabab que sobrevivieron y fueron arrestados por el ejército de Kenia están actualmente compareciendo enfrentando juicios. Sin embargo, las fuerzas policiales de Kenia con bajos salarios que respondieron al ataque han sido muy criticadas. Algunos agentes de la fuerza policial y otras fuerzas de seguridad que participaron en el rescate de civiles y en la eliminación de los terroristas fueron vistos cuando rompían las cajas registradoras con sus rifles y robaban mercadería durante la pelea.
En lo que respecta al Presidente Kenyatta, el hijo del fundador del estado moderno de Kenia, él ha prometido continuar con la resistencia a los ataques del grupo Al-Shaabab, que está vinculado con la red terrorista Al-Qaeda. “Hágales saber (a Al Shabaab) que no cederemos en la guerra. Nuestras fuerzas permanecerán en Somalía hasta el momento en que tengamos la satisfacción de haber conseguido la paz,” dijo al final del año 2013.
Los Estados Unidos de América no es un país ajeno a la lucha contra los militares somalíes. Fue en el año 1993 que las tropas de los Estados Unidos estaban en tierra de Mogadishu como parte de un esfuerzo para asegurar las provisiones humanitarias para los somalíes famélicos. Estaban involucrados en el combate con fuerzas irregulares dirigidas por varios caudillos o señores de la guerra, tales como Mohammed Farah Aideed. Fue allí que se llevó a cabo el incidente ‘Black Hawk Down’ que finalmente impulsó el retiro del ejército de los Estados Unidos del país destrozado por la guerra en la zona estratégica del Cuerno de África. Por ejemplo, han aparecido informes en el Washington Post que la Agencia Central de Inteligencia está administrando una base en Somalía y también lo están haciendo los asesores militares de los Estados Unidos.
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