El tribunal italiano confirmó el veredicto de culpabilidad contra la ciudadana estadounidense Amanda Knox y su ex novio italiano Raffaele Sollecito el día jueves, en una nueva apelación por el homicidio de la estudiante británica Meredith Kercher, a quien la pareja supuestamente asesinó en noviembre de 2007.
Fueron condenados a 28 años y seis meses y 25 años en prisión, respectivamente.
Tras casi 12 horas de deliberaciones, el tribunal de apelación de Florencia ratificó el veredicto, leído ante la presencia de 500 periodistas. Se palpaban la ansiedad y la tensión, porque el “caso de Meredith” – como se hizo conocido en Italia – atrajo una atención mediática sin precedentes en todas partes del mundo.
Tanto Knox como Sollecito fueron absueltos del asesinato en un primer recurso en el año 2011, no obstante, tuvieron que enfrentar un nuevo juicio después de que la Corte Suprema italiana anuló el fallo el año pasado. Raffaele Sollecito, de veintinueve años de edad, estuvo presente en la sala acompañado por su padre durante el día, pero se retiró antes que se diera a conocer la sentencia.
“Este no es el veredicto final para nosotros y por cierto que apelaremos”, declaró su abogada Giulia Bongiorno.
Luciano Ghirga, abogado de Amanda Knox le informó sobre la noticia cuando ella se encontraba en Seattle, su ciudad natal.
“Hablé con ella inmediatamente después del veredicto. Lo tomó muy mal y no dijo nada en absoluto”, expresó el abogado. Y confirmó que también apelarían. Amanda Knox, una estudiante estadounidense de 26 años de edad, se había negado a volver a Italia para el nuevo juicio.
Como alternativa, ella envió una carta de cinco páginas a los Kerchers en donde les manifestaba que ella “no mató a Meredith” pero tenía miedo que “la vehemencia de la acusación” impresione a los miembros del jurado y no les permita ver.
El hermano y la hermana de Meredith, Lyle y Stephanie, se encontraban presentes cuando se anunció el veredicto, no obstante no emitieron ningún comentario.
Actualmente, con la apelación por parte de Knox y Sollecito para revertir la sentencia, la Corte Suprema tendrá la última”palabra” en el largo y complejo proceso legal.
La estudiante británica, Meredith Kercher, de veintiún años de edad, fue asesinada en el mes de noviembre del año 2007 en Perugia, ciudad del centro de Italia. Fue hallada apuñalada y con su cuello cortado, en el departamento que compartía con Knox y otras dos estudiantes.
Knox y Sollecito, pareja en aquel momento, fueron arrestados pocos días después del crimen. Siempre alegaron que eran inocentes. No obstante, los fiscales señalaron que las huellas del ADN de ambos se encontraron en la escena del crimen, lo que da lugar a una prueba relevante de su participación en el asesinato.
De acuerdo con el argumento inicial de los fiscales, Meredith había sido víctima de un retorcido juego erótico junto con los acusados, Knox y Sollecito, que terminó en un descontrol.
Un jurado de primer grado estuvo de acuerdo con ellos. Knox y Sollecito fueron condenados a 26 y 25 años de prisión respectivamente, en el año 2009. Una tercera persona, Rudy Guede de la Costa de Marfil, fue condenado por conspiración para el asesinato en una sentencia por separado después de declararse culpable. Actualmente, está cumpliendo una condena de 16 años.
En octubre del año 2011, un tribunal de apelación anuló el veredicto por “falta de prueba”. Fueron liberados ambos acusados después de cuatro años en prisión. Knox volvió a los Estados Unidos y Sollecito se fue de Italia por un tiempo.
Sin embargo, el caso fue anulado nuevamente en marzo del año 2013. La Corte Suprema ordenó un nuevo juicio, aceptó el argumento de los fiscales respecto de que no se habían tenido en cuenta las pruebas relevantes del ADN. El caso se transfirió desde Perugia a Florencia.
Actualmente, a la espera del último recurso, se le impondrá a Sollecito una prohibición para viajar. Para Amanda Knox, quien declaró que nunca volvería a Italia incluso si estuviera condenada, Italia podría pedir la extradición. No obstante, es poco probable que los Estados Unidos la entreguen debido a que el sistema judicial estadounidense considera incorrecto el hecho de volver a tratar a un acusado dos veces por un mismo supuesto crimen.
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