En un acto breve, Temer, de 75 años, ex vicepresidente de Dilma Rousseff, juramentó el cargo hasta 2018, ante los mismos senadores que por 61 votos (de 81) condenaron y destituyeron a la exguerrillera.
Michel Temer asumió la presidencia de Brasil, en una ceremonia en el mismo Senado que este miércoles condenó a Dilma Rousseff y puso fin a los gobiernos de la izquierda en el gigante sudamericano.
En un acto breve, Temer, de 75 años, ex vicepresidente de Rousseff y ahora su enemigo jurado, juramentó el cargo hasta 2018, ante los mismos senadores que por 61 votos (de 81) condenaron y destituyeron a la exguerrillera.
Temer prepara ahora sus maletas para viajar a la Cumbre del G20 en China y también se apresta a decretar el fin del Brasil “bolivariano” en el ámbito regional.
En su primer viaje al exterior como gobernante de pleno derecho, que emprenderá casi de inmediato, Temer presentará a los líderes de las mayores potencias del planeta reunidos en la Cumbre del G20 sus planes para sacar a Brasil del abismo económico en que se ha sumergido en los últimos años, que incluyen desde un duro recorte del gasto público hasta un ambicioso plan de privatizaciones aún no detallado oficialmente.
Tras su viaje a China, el presidente brasileño tiene diseñada ya una amplia agenda exterior, que incluirá un viaje a Estados Unidos en septiembre, donde inaugurará la Asamblea General de las Naciones Unidas, como por tradición le corresponde al jefe de Estado de Brasil desde 1947.
En octubre, tiene previsto viajar a la India, sede de la cumbre anual del foro BRICS, que Brasil integra junto con ese país, China, Rusia y Suráfrica, y también a Colombia, para asistir a la Cumbre Iberoamericana que se celebrará en Cartagena de Indias a fin de ese mes.
En sus planes inmediatos también figuran visitas a Argentina y Paraguay, los dos países del Mercosur con los que ha estado más en contacto desde que asumió la Presidencia en forma interina, el 12 de mayo pasado, cuando Rousseff fue suspendida de sus funciones para responder al juicio político que acabó con su destitución.
Precisamente en el ámbito del Mercosur es que el Brasil de Temer ha dejado claro cuál será la orientación de su política externa, que apunta a un distanciamiento de los países del arco bolivariano que encabeza Venezuela desde los tiempos del fallecido Hugo Chávez.
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