“Los hombres, sus derechos y nada más; las mujeres, sus derechos y nada menos”.
Susan B. Anthony
Hasta mediados del siglo pasado, las mujeres latinoamericanas tenían vedado ejercer su derecho al voto. Cuesta creerlo pero por su “biología”, la población femenina no tenía derecho a votar. Es decir, no eran consideradas “ciudadanas”. El ejercicio de la ciudadanía política llegó con la sanción de las leyes de sufragio insisto, recién en el siglo pasado, hace poco más de 60 años.
Y significó un gran paso, pero ¡atención! El derecho al voto no habilitó el espacio de participación activa de la mujer como representante política. Podía votar, pero era impensable que una mujer tuviera un cargo público. Esto es algo muy reciente: fue con la regulación de la ley de cupo que se logró el ingreso de las mujeres en las listas.
El objeto de la ley de cupo es garantizar la igualdad de género y ampliar el espacio de decisión política, promoviendo la participación efectiva de la mujer en las listas de candidatos a cargos electivos. Un gran avance que todavía no se implementa con naturalidad en el acceso a cargos representativos, ya que las listas electorales deben cumplir con la cuota por sexo.
El primer país en incorporarlo fue Argentina; sin embargo, aún hoy hay resistencia en el armado de las listas, es decir, no se daría naturalmente sin la insistencia de las mujeres que luchan por sus derechos. El movimiento de mujeres lo logró, al menos los nombres se intercalan (hombre – mujer), aunque algunos partidos siguen reservando el encabezado de sus listas a los hombres. Las redes son una herramienta de visibilidad: con el hashtag #Feministasenlaslistas se exigió mayor representación electoral de las mujeres.
La inclusión de mujeres en las listas otorga a las legislaturas una nueva estructura de pensamiento colectivo. Definitivamente, es una medida de acción positiva, una nueva perspectiva social, ya que de esta manera surgirán nuevos temas en la agenda pública, especialmente en materia de igualdad de género y defensa de derechos que tanta falta hace en todos los ámbitos.
Argentina fue pionera, una vez más. Luego, se sumaron otros. Honduras, México, Brasil, Costa Rica, Paraguay, Panamá, República Dominicana, Perú, Bolivia, Ecuador y Uruguay aprobaron leyes de cuotas nacionales. Ahora vamos por más, ya no se discute la cuota, la idea de porcentaje mínimo pierde vigencia: ahora, la bandera que se levanta en la región es la de paridad de género.
En Argentina es año de elecciones generales. La equidad de género contribuye al empoderamiento femenino y al progreso de la democracia. Son nuevelas listas de precandidatos presidenciales que se presentarán en las PASO del domingo 11 de agosto, no habrá primarias para definir la fórmula en ninguna de las fuerzas. Aquí, los binomios:
- Mauricio Macri – Miguel Ángel Pichetto, por Juntos por el Cambio;
- Alberto Fernández – Cristina Fernández de Kirchner, por el Frente de Todos;
- Roberto Lavagna – Juan Manuel Urtubey, por Consenso Federal;
- Nicolás del Caño – Romina Plá, por el Frente de Izquierda-Unidad;
- Juan José Gómez Centurión – Cynthia Hotton, por el Frente Nos;
- Alejandro Biondini – Enrique Venturino, por el Frente Patriota;
- José Luis Espert – Luis Rosales, por el Frente Despertar;
- José Romero Feris-Guillermo Sueldo, por el Partido Autonomista Nacional
- Manuela Castañeira – Eduardo Mulhall, por Nuevo Más.
Claro está que la participación política de las mujeres no es condición suficiente para realizar transformaciones profundas pero incide positivamente en el nuevo esquema en cuanto a las relaciones de poder. Solo uno de los binomios, Nuevo Mas, presenta una mujer como presidenta; pero vale aclarar que fue una mujer quien ha decidido ceder su liderazgo en pos de la unidad: Cristina Fernández (Frente por Todos), pero este es otro tema.
Para poder participar en las elecciones generales del 27 de octubre, todos los candidatos deberán obtener el respaldo del 1,5% de los votos válidos en las primarias.
En el próximo artículo profundizaremos en el armado de las listas. Por hoy, tenemos mucho que pensar en torno a los binomios.
Como dice José Martí, “Los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan”. Las mujeres lo hemos comprendido hace tiempo, ahora lo estamos llevando a la práctica.
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