Una ofensiva militar en la zona tribal de Waziristán del Norte (Pakistán) ha obligado a más de 75.000 personas a huir de sus hogares durante las últimas dos semanas y a buscar refugio a lo largo de la frontera con Afganistán, en las provincias de Khost y Paktika. Muchos han huido de repente y no han podido coger más que unas pocas pertenencias.
“Sólo pudimos huir de Miranshah”, ha dicho un hombre al personal de ACNUR, refiriéndose a la capital de la montañosa región de Waziristán del Norte. “Dejamos allí todas nuestras pertenencias. El gobierno paquistaní estaba bombardeando nuestros pueblos”, añadió.
ACNUR, el Programa Mundial de Alimentos, la Organización Mundial de la Salud y otros socios están trabajando para coordinar los esfuerzos de ayuda y asistencia, enviando tiendas y otros materiales básicos a los más vulnerables. Sin embargo, el saneamiento y el acceso al agua potable y a la asistencia médica son escasos y, aunque las comunidades locales han acogido generosamente a los desplazados, sus escasos recursos ya están al límite de su capacidad.
Se necesita urgentemente asistencia humanitaria para apoyar a las comunidades de acogida para que mantengan el nivel de asistencia que han estado ofreciendo a las familias desplazadas.“También me gustaría pedir al gobierno afgano y a la comunidad internacional que asista a estas familias desplazadas”, decía Wali, un hombre local que está alojando a cuatro familias de Miranshah en su casa, situada en el distrito de Matun, en la provincia de Khost.
Como ex refugiado en Pakistán, Wali dijo: “Nosotros recibimos ayuda de los waziristaníes durante los años 80, cuando huimos de Khost [durante la ocupación soviética]. Ellos nos acogieron y nos dieron su generoso apoyo. Ahora es nuestra obligación moral asistirles y ayudar a estas familias necesitadas”.
Un recién llegado, Hassan, decía que estaba agradecido a Wali por su generosidad con su familia, una de las 12.100 (75.000 personas) que hasta ahora han cruzado al este de Afganistán, a las provincias de Khost y Paktika. Pero Hassan apuntaba también que “aunque hemos tenido suerte de encontrar refugio aquí, todavía hay cientos de familias que están viviendo al raso, sin ningún tipo de cobijo”.
El gobierno de Pakistán estima que los últimos combates han dejado desplazadas a unas 470.000 personas dentro del país. Muchos han buscado seguridad en la provincia de Khyber-Pakhtunkwa.
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