Las ficciones con escenas sangrientas proliferan en las pantallas televisivas de todo el mundo. “Vikingos” (TNT en España) que comienza con una salvaje y sangrienta batalla campal.

La violencia televisiva es un regodeo culpable. Ya no salimos para ver ejecuciones públicas a la plaza mayor, las disfrutamos, en alta definición, a través de la pequeña pantalla.

La violencia con “El hombre del rifle” (Chuck Connors). En “The Following” se produjo la matanza de Newtown. Hasta se suprimió un capítulo de “Hannibal”, una de las mejores y mas sangrientas series emitidas. Estas dos producciones de cadenas generalistas contienen violencia explícita controlada.

En “The Folowing” se puede apuñalar por la espalda o ir incendiando a la gente por la calle. Porque todo está permitido en este tipo de series. También lo está presente la violencia en “Juego de Tronos” (HBO) o en “The Walking dead” (AMC), la serie preferida por el público de 18 a 49 años. “Los Vikingos” de Michael Hirst, creador de “Los Tudor”, se parecen mucho a “Hijos de la anarquía”. No sólo porque sus protagonistas tengan el mismo aspecto, sino porque son tribus combatiendo por lo suyo. La serie de Starz juega con la violencia y el sudor, imitando a “300”. En “Hijos de la anarquía” o en “Boardwalk Empire” la violencia resulta real, una violencia barata que no toca la sensibilidad. “Spartacus” sale a 25 muertos por episodio, “Juego de Tronos” a 14 muertos y “Nikita” a 9.

La violencia no es un género, es sólo un añadido. Dennis Kelly, creador de la británica “Utopía”, se queja de que Hollywood haya exaltado la violencia hasta resultar atractiva. Kelly opina que cuando la violencia se presenta de forma cruda y sin efectos especiales es cuando nos resulta amenazante por ser real.

Por otra parte, la violencia tiene un cierto parentesco con el miedo. Es la valentía de los cobardes. La violencia es la cualidad de violento, que está fuera de su natural estado; que se ejecuta con fuerza o brusquedad. Se hace contra el gusto o la voluntad de uno mismo. La violencia, por lo tanto, es un comportamiento deliberado que puede provocar daños físicos o psíquicos al prójimo.