Tras la anexión de Crimea a Rusia mediante referéndum asistimos a la división “de facto” de Ucrania en dos mitades casi simétricas y separadas por el meridiano 32 Este, quedando el Sur y Este del país (incluida Crimea) bajo la órbita rusa mientras el Centro y Oeste de la actual Ucrania navegarán tras la estela de la UE, división que quedará refrendado en un nuevo Acuerdo de Ginebra y significará “de facto” el retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría 2.0, a la reactivación de la carrera armamentista mundial y el retorno a la Doctrina de la Contención (Doctrina Truman).
Nueva carrera armamentista
Desde el principio de su mandato Presidencial en el 2000, el objetivo inequívoco de Putin ha sido la renovación de sus obsoletos arsenales armamentísticos con el reto de lograr en el 2020 la equiparación de su potencial militar con el de EEUU. Así, según el Instituto de Estudios Estratégicos de Londres (IISS), Rusia destinó 45.300 millones de dólares para la defensa en 2012 que comprende el contrato entre el Mindef y la empresa Astilleros Unidos Sevmarch, para la construcción de siete submarinos nucleares de quinta generación destinados a portar los novísimos cohetes balísticos intercontinentales de ojivas nucleares múltiples Liner que serán la espina dorsal de la estrategia nuclear rusa para la próxima década. Además, Moscú tiene presupuestado más de 550.000 millones $ para el próximo quinquenio (el 25% para arsenal nuclear), destacando el nuevo caza de quinta generación Sukhoi T 50 (operativo en el 2015), el nuevo misil balístico intercontinental de 100 Tm (“el asesino del escudo antimisiles de EEUU” en palabras del viceprimer ministro ruso Dmitri Rogozin y operativo en el 2017), el nuevo sistema de misiles antiaéreo S-500, (lo más avanzado en tecnología de interceptación de aeronaves) con el objetivo inequívoco de equipararse a EEUU como superpotencia mundial en el horizonte del 2020.
Por su parte, EEUU tendría planificado un programa nuclear con una duración de treinta años y un coste de un Billón $ así como un sistema diseñado para detectar misiles de crucero en territorio estadounidense (JLENS), carrera armamentística que por mimetismo se extenderá al espacio geográfico que se extiende desde Israel hasta Corea del Norte (incluyendo a países como Irán, Paquistán, India y China), quedando América Latina y el Caribe libres de armas nucleares tras la firma del Tratado de Tlatelolco (1.967) a pesar del riesgo potencial de la presencia de submarinos nucleares británicos en las Malvinas.
Retorno a la Doctrina Truman
El ex-presidente estadounidense, Barack Obama insistió en la política de su Gobierno de fortalecer su presencia militar en Europa al tiempo que anunció que solicitará al Congreso estadounidense la aprobación de un presupuesto de cerca de mil millones de dólares para tal propósito e instó a los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte a incrementar los recursos destinados al desarrollo militar además de informar de sus proyectos de colaborar en esa área con países como Ucrania, Georgia y Moldavia además de enviar a los Países Bálticos y Polonia 4 batallones de más de 1.000 soldados cada uno, con lo que el contingente total de sus tropas en Europa ascendería a unos 70.000 miembros que podrían verse aumentados hasta los 80.000, lo que significaría en la práctica la vulneración del Acta Fundacional OTAN-Rusia de 1997 por la cual la OTAN descartaba “el estacionamiento permanente de un contingente sustancial y adicional de tropas de combate en el Este de Europa”.
En la reciente cumbre de la NATO realizada en Bruselas que contó con la presencia de Donald Trump, se analizó el “refuerzo del flanco oriental de la OTAN” y se espera el despliegue de “unidades de intervención rápida” (Speardhead Force) en Polonia, Rumania, Bulgaria y Países Bálticos. Asimismo, es previsible la asunción por la OTAN de la nueva doctrina ‘Smart Defense” (Defensa Inteligente), nuevo concepto operativo que implicará la cesión parcial de la soberanía de los países miembros a la coordinación de defensa con la OTAN así como el incremento de las partidas de gasto de los países europeo, .pues la aportación económica de dichos países europeos sería de un exiguo 2% del PIB nacional, quedando el grueso de la financiación en manos de EEUU.(el 70% de cerca del Billón $ del total del presupuesto). Ello significará el retorno a la Doctrina de la Contención (Doctrina Truman), cuyas bases fueron expuestas por George F. Kennan en su ensayo “Las fuentes del comportamiento soviético “ publicado en la revista Foreign Affairs en 1.947 y cuyas ideas principales se resumen en la cita “ el poder soviético es impermeable a la lógica de la razón pero muy sensible a la lógica de la fuerza”.
La OTAN como gendarme en Libia y Magreb
El ex-presidente de Egipto, Hosni Mubarak, (derrocado por su negativa a la instalación de bases norteamericanas en suelo egipcio), reveló en una entrevista al diario egipcio El-Fagr la existencia del presunto plan para dividir a toda la región de Medio Oriente, consistente en la instauración del citado “caos constructivo” mediante la sucesiva destrucción de los regímenes autocráticos de Irak, Libia, Sudán, Siria e Irán y reservando para Jordania el rol de “nueva patria del pueblo palestino”, para lo cual ,EEUU se serviría de los grupos takfiríes (especie de hidra cuya cabeza primigenia sería Al Qaeda), para mediante sus acciones terroristas destruir la imagen pacífica del Islam e impedir el enaltecimiento político del mundo musulmán. Tras la inanidad de la Administración Obama, la Cuarta Rama del Gobierno de EEUU (verdadero poder en la sombra que controla ya la Administración Trump), volvió a recurrir al holograma del ataque con armas químicas por parte del Ejército sirio para perpetrar un ataque mediático contra la base aérea siria de Al-Shairat, ataque que en realidad sería un aviso a Rusia, Siria e Irán de que deberán contar con EEUU en la búsqueda de un acuerdo internacional que se plasmaría en la Conferencia de Ginebra II sobre Siria (que será aplazada “sine die” por EEUU hasta que se equilibre la situación militar y que se englobaría en un escenario de solución global a los contenciosos existentes en Oriente Medio (Siria, Palestina, Irak e Irán).
Las premisas de la Administración Trump serían la defenestración de Al Asad y la posterior partición de Siria en tres partes. Así tendremos la Siria alawita, protectorado ruso que abarcaría desde la costa mediterránea hasta Alepo, el Kurdistán sirio tutelado por EEUU y la zona sunita del sur sirio que se englobaría en el nuevo Sunistán sirio-iraquí, lo que unido a la división de Irak consagraría el triunfo de los esfuerzos de Israel para la balcanización de Siria e Irak. Asimismo, la OTAN asumirá próximamente el papel de gendarme en los países árabes del arco mediterráneo, especialmente en Libia, Estado fallido en el que el llamado Gobierno de Unidad Nacional sería impotente para controlar la anarquía reinante con el wahhabísmo salafista instaurado en Trípoli mientras grupos takfiríes (satélites de Al-Qaeda) dominan tribalmente el interior de Libia con el objetivo inequívoco de establecer un anillo de seguridad que impida la salida anual de cerca de 150.000 personas rumbo a Europa.
¿Escisión en la OTAN?
Según explicaba Brzezinski en la revista National Interest en el año 2.000, “los europeos estarán más inmediatamente expuestos al riesgo en caso de que un imperialismo chauvinista anime nuevamente la política exterior rusa”, con lo que esbozó un plan que pasaría por la expansión de la OTAN hasta límites insospechados en la década de los 90 y la implementación del nuevo sistema europeo de defensa anti-misiles, European Phased Adaptative Approach (EPAA). Dicho sistema en realidad se trata de un escudo anti-misil global en el que los misiles interceptores emplazados en plataformas móviles pueden abatir blancos en un espacio común (a base de datos transmitidos por todos los radares y sistemas de reconocimiento opto-electrónico) con el fin maquiavélico de tras un primer ataque sorpresa de EEUU que destruiría el potencial nuclear ruso en su propio territorio, neutralizar posteriormente la réplica rusa por medio de los misiles estacionados en Polonia.
Por ello, es previsible que EEUU utilizará las peticiones de Polonia como excusa para completar la quinta fase del despliegue del escudo antimisiles en Europa (Euro DAM), lo que tendría como réplica por parte rusa la instalación en Kaliningrado del “ asesino del escudo antimisiles de EEUU”. Aparcado de momento la quinta fase del despliegue del Euro DAMN, asistimos a unas sorprendentes declaraciones del ministro británico de Exteriores, Philip Hammond recogidas por el diario “The Telegrah” en las que afirma que “Londres podría acoger misiles nucleares estadounidenses en suelo británico en medio de las tensiones con Rusia”, lo que podría entenderse como el retorno a una carrera armamentista como la mantenida durante la Guerra Fría con la URSS ( reviviendo el proyecto Partnership entre los EE.UU y Europa para proveer al Reino Unido de misiles Polaris de julio de 1962) y teniendo como efecto colateral una posible escisión en el seno de la OTAN.
Ello conllevará la escisión y finiquito de la actual OTAN de la que surgirá una nueva estructura militar que estaría integrada por EEUU, Canadá, Gran Bretaña, Países Bálticos, Polonia, Hungría, Bulgaria, Eslovaquia, República Checa, Rumania, España, Italia, Portugal, Malta, Chipre, Grecia y Turquía con el objetivo inequívoco de ser bloque de contención de los “ideales expansionistas de Putin”. De otro lado, asistiremos al robustecimiento del Eje Berlín-París, liderado por Francia y Alemania que se plasmará en la Agencia Europea de Defensa y que tendrá gravitando en su órbita de influencia a los países de su área de influencia primigenia (Holanda, Dinamarca, Noruega, Bélgica, Luxemburgo y Austria), fruto de la reafirmación de las soberanías nacionales francesa y alemana como estrategia defensiva ante la deriva del otrora “socio americano”, (reviviendo el Tratado del Elíseo entre De Gaulle y Adenauer (1.963).
Así, desde De Gaulle, la resistencia al liderazgo estadounidense ha sido un factor de la política exterior de todos los presidentes franceses, (aunque la discrepancia fundamental será en las formas teniendo como paradigma el apoyo de De Gaulle a Estados Unidos en la Crisis de los Misiles de Cuba (1.962) se traducirá en una salida provisional de Francia de las estructuras militares de la OTAN, (emulando el desmantelamiento de treinta bases estadounidenses en suelo francés por De Gaulle (1.966) y teniendo nuevo como columna vertebral la “Force de Frappe”. Ello conllevará un acercamiento político a Rusia (rememorando el viaje de De Gaulle a Moscú ,1966) y se plasmará en la Ratificación de la Política de Buena Vecindad con la Rusia de Putin mediante la firma de acuerdos preferenciales para asegurarse el suministro de gas y petróleo rusos e incrementar los intercambios comerciales, debido a la rusodependencia energética europea ( el 21% de las importaciones de petróleo y 40% de gas proceden de Rusia).
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