Parece, según dicen en el PSOE, que no van a hacer más ofertas negociadoras a Podemos. Y que tampoco será Sánchez vicepresidente en un hipotético gobierno de gran coalición con Rajoy al frente. Por otra parte, Rivera ya ha dicho que el pacto de Ciudadanos con el partido socialista decae, si hay nuevas elecciones.
Considero que los ciudadanos españoles, ya están hartos de tanto mercadeo negociador, a lo largo de más de cien días. Lo más probable es que se celebren nuevas elecciones, en vista de la incapacidad de los partidos que han logrado más votos para alcanzar pactos estables de gobierno. El espectáculo, en el que se ha convertido la negociación, ha sido desilusionante, por no decir deprimente.
Y los resultados de las elecciones del 26 de junio pueden ser parecidos a los de los pasados comicios, lo que dará lugar a otro nuevo proceso negociador, quizás, similar al actual. Las consecuencias de esta posible situación no son nada positivas, para la situación social y económica de nuestro país.
Según se sabe ya, Rajoy va a ofrecer al líder de la oposición señor Sánchez hacia el 18 de abril una oferta de gobierno muy detallada. Con modificación del actual sistema de financiación autonómica, reforma constitucional y de la ley electoral, agenda de regeneración democrática, y algunos cambios en la política económica. Incluso, el actual presidente en funciones, ofrecerá a Sánchez el cargo de vicepresidente, y que forme parte de un gobierno presidido por Rajoy, algo que parece kafkiano, por razones obvias, conocidas por todos.
Si bien, la negociación ofrece más posibles sorpresas. Ya que no se descarta, totalmente, en algunos medios, que Sánchez haga un último intento, por alcanzar a la desesperada, la presidencia del país, con una oferta de último minuto que Podemos no pueda rechazar. De esta forma, cedería el PSOE, y admitiría las dos propuestas que no aceptó del documento de veinte, que Iglesias puso sobre la mesa de negociación.
No es necesario ser muy avispado para darse cuenta de que Pedro Sánchez, probablemente, desea evitar unas nuevas elecciones, porque su posición en el partido socialista podría quedar muy debilitada ante Susana Díaz, que posee mucho peso político en el partido socialista. La lucha por dirigir el PSOE podría comenzar de modo tremendo.
Lo que noto en falta en este largo proceso negociador es más seriedad, rigor, capacidad de encontrar puntos de acuerdo y buena fe, y, sobre todo, no jugar con los votos de los españoles, para lograr más ventajas políticas, a costa de los intereses y necesidades reales de los ciudadanos que no pueden esperar más.Ya que los problemas económicos y sociales requieren medidas urgentes que no se deben demorar en el tiempo, por falta de consenso o de acuerdo.
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