Hace año y medio, Freixenet convocó un concurso de spots publicitarios bajo el lema “Brindo por la vida”. Lo traigo aquí ahora por el relieve de su contenido. Se presentaron varios centenares y un equipo de cineastas selección a 15 que fueron premiados y emitidos por televisión. El más laureado, dirigido por Isaac Berrokal e interpretado por Carina Bjorne y Graham Long, fue el más aplaudido por el público.
Es un anuncio sencillo y muy sentimental. Empieza con la imagen de una mujer de edad avanzada que está cuidando de su marido. Al fondo, se oye una nostálgica voz en off: “No he conseguido grandes cosas en la vida. Nunca tuve un coche ni una gran casa con jardín”. En este monólogo íntimo y sincero, que es un recorrido de toda la vida, se descubre la pacífica aceptación de los acontecimientos, no siempre alegres ni positivos: “He disfrutado la vida con lo que la vida me ha dado. He afrontado lo que nunca quise que ocurriera; y he salido adelante… No he sido un ejemplo, ni una decepción. Tan sólo he sido yo misma en cada momento”.
Entonces, empieza una tragedia más o menos latente: “La vida te enseña a valorar lo que tienes, porque desgraciadamente no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos”. Y, de repente, descubrimos un alma grande que ha tenido una vida muy grande también, porque cultivó siempre la gran lección del amor: “Muchos me dicen que soy valiente. Se compadecen de mí por seguir amando a quien me lo dio todo en la vida; y quien, por desgracia, ahora no recuerda ni tan siquiera mi rostro. Pero lo importante no es si me recuerda o no. Lo importante es que yo sí le recuerdo a él…”
Un magnífico spot que invitó a visionar hasta el final, con toda la emoción que contiene. https://www.youtube.com/watch?v=aPDbNNL08kY&feature=player_embedded Porque en él se encuentra una de las lecciones más importantes de la vida: la del amor que se da sin esperar nada a cambio. Y que, por eso mismo, se alcanza toda la felicidad.
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