Esta semana han entrado en vigor los nuevos límites de velocidad en ciudad, una medida que pretende reducir la siniestralidad y que el comparador de seguros de coche Acierto.com ha querido analizar en profundidad. Porque, ¿cómo afecta esta cuestión a la póliza del coche?
En qué consiste la nueva normativa
En concreto, desde el 11 de mayo, la velocidad máxima en vías urbanas es de 50 km/h en vías de dos o más carriles por sentido de circulación, de 30 km/h en vías de un único carril por sentido, y de 20 km/h en vías que tengan una plataforma única de calzada y acera.
Aquí, no obstante, hay que tener en cuenta que los carriles reservados a la circulación de determinados vehículos o usuarios (como el transporte público, por ejemplo) no cuentan. Es decir, si una calle tiene dos carriles y uno de ellos está destinado al autobús o al taxi, se aplicará el límite de los 30 km/h.
Las ventajas de la limitación
Entre las ventajas de la medida que resalta la DGT, se encuentra la reducción del riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello. Sin embargo y como apunta Acierto.com, la gravedad de los accidentes de este tipo no será la única que se reducirá, sino también la del resto de siniestros (las lesiones suelen ser menos graves cuanto menor es la velocidad). Tal es así, que el exceso de velocidad está presente en el 23% de los accidentes mortales. Por no hablar de que “bajar de revoluciones” atenuará las posibilidades de tener un accidente o un siniestro en términos generales, algo clave en vías interurbanas, las más peligrosas en la actualidad.
“El cambio nos dará más tiempo para reaccionar y acabará evitando muchos accidentes a largo plazo, algo todavía más importante si tenemos en cuenta que las distracciones se encuentran detrás del 30% de los accidentes mortales, y que ir más despacio nos deja más margen de actuación”, indican desde la compañía. Asimismo, la velocidad influye en el vehículo, que debe destinar muchísima más fuerza a frenar cuanto más rápido se circula, con las consecuencias que esto acarrea.
Y todas estas cuestiones podrían acabar influyendo a medio plazo en las pólizas del seguro.
Menos siniestralidad, ¿seguros más baratos?
Sí, porque reducir la siniestralidad también podría afectar positivamente al seguro del coche. La relación es sencilla: el historial de siniestralidad es uno de los factores principales que tienen en cuenta las aseguradoras a la hora de calcular el precio de la póliza de un vehículo. Si un conductor tiene menos accidentes, tendrá un perfil de conductor menos riesgoso. Algo que podría verse plasmado en una reducción de la prima.
Pero también es importante la gravedad de estos partes. Es decir, un accidente con daños a terceros (a quienes se deba pagar desperfectos y una indemnización por daños corporales) siempre será más caro que un siniestro en el que, por ejemplo, el conductor haya rozado un pilar del parking donde estaba estacionando.
En este caso, el nuevo reglamento también influirá, pues la DGT estima que gracias a estos límites de velocidad, se reducirá hasta un 80% el riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello. Es decir, cuando la velocidad del vehículo que impacta es de 30 km/h, el riesgo es del 10%; mientras que si la velocidad es de 50 km/h, ese riesgo asciende en torno al 90%. Por supuesto, también se reducirá la gravedad del resto de percances.
La cobertura de asisetencia en carretera también podría verse afectada. Es decir: si sometemos nuestro coche a menos estrés, es probable que a la larga acabemos evitando averías. Algo que repercute directamente en el número de veces que solicitamos la asistencia en viaje de nuestro seguro de coche, y de nuevo algo muy positivo de cara a las aseguradoras.
Dicho lo cual, no son los únicos puntos que analizan a la hora de calcular un seguro, sino que a estos habrá que añadirle otros como la zona por la que se circula (el clima, la orografía, el tipo de carreteras son patrones que influyen en la accidentalidad), el uso que se hace del vehículo, el tipo de vehículo que se conduce, cuándo queremos que entre en vigor la póliza, la edad del conductor, los años que lleva sin dar partes, la antigüedad de su carnet de conducir, etcétera.
Un incentivo para nuevas formas de movilidad
Para acabar, el comparador de seguros de automóvil estima que otra de las posibles consecuencias de estas restricciones sea la apuesta por otro tipo de movilidad. La bicicleta, el transporte público, los patinetes, se postulan aquí como grandes alternativas.
Reducir la velocidad permitirá a los ciclistas y peatones sentirse más seguros. Algo fundamental si queremos incentivar el uso de la bici. De hecho y según una encuesta realizada con anterioridad por Acierto.com, más del 40% de los españoles creía que desplazarse al trabajo en bici era peligroso. Esto podría cambiar fruto de la iniciativa.
Aquí no podemos dejar de comentar que, desde el inicio de la pandemia, el uso de la bicicleta se disparó –en algunas ciudades como Madrid y Barcelona por encima del 100% durante los meses de desescalada–, hasta el punto que muchas empresas de venta de bicis se quedaron sin stock.
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