¿Para algunos seres humanos, no desean en el fondo que exista Dios, porque se dicen, consciente o inconscientemente, si existe tenemos que hacer frente a una norma moral y ética, natural y sobrenatural?
– ¿Por qué algunos seres humanos, muchos o pocos en tanto por ciento, no quieren atenerse a una norma moral y ética, o al menos a algunas, que son normas morales naturales, o diríamos que forman o pueden formar parte de la naturaleza humana? ¿Claro dirán que no forman o conforman parte de la naturaleza humana, sino lo que prima en ellos, es su deseo?
¿La persona que no cree en la probabilidad de que exista Dios, debe plantearse seriamente, por qué no cree en esa posible o probable existencia de Dios?
¿Si existen leyes morales, naturales e internas, refrendadas desde nuestra interioridad y desde nuestra naturaleza, y al mismo tiempo admitidas por el Ser Supremo, por qué no queremos que existan, por qué no queremos seguirlas, por qué creemos que nos quitarían libertad? ¿Es como si por tener dos brazos, nos dijésemos a nosotros mismos que nos quitan libertad o mismidad por tener dos brazos, o no tenerlos del modo que queremos o tener diez dedos en cada mano…?
– ¿Si tenemos una “naturaleza moral”, igual que tenemos una naturaleza física-biológica-fisiológica, no vamos en contra de nosotros, por seguir las reglas biomédicas correctas, por tanto, tampoco por seguir unas normas correctas biopsicológicas morales y éticas?
¿Otra cuestión, aunque relacionada con esto, en averiguar cuales serían esas normas biomorales o psicomorales correctas, y sus interpretaciones…?
– En el juicio que se intentó contra Dios, en Estados Unidos, promovido por un senador norteamericano, achacándole a Dios, todo los males de la sociedad, del mundo, de la humanidad.
Ya parece, que lo que se desea es que desaparezca incluso la misma idea de Dios en el corazón y la mente y en el alma del ser humano. Hay colectivos y poderes e ideologías, que no solo quieren que los hombres sean ateos, sino que desaparezca de ellos, el concepto-imagen-necesidad de Dios.
Ciertamente, existen males en la sociedad, en el mismo ser humano, en otros artículos de este mismo tema o en otros, hemos analizado el problema del mal, por lo cual, si a algún lector le interesa la opinión de este articulista, que busque en Internet. Pero a veces, olvidamos, si comparamos la existencia, de ahora mismo con hace cien o mil años, el mundo ha evolucionado hacia bien, en casi todos los parámetros y realidades. Es decir, en cientos o miles de aspectos el mundo es ahora mejor, muchos mejor que hace cien o trescientos años. Y este bien que la humanidad ha recibido o conquistado, no solo es debido a la ciencia, tecnología, derechos humanos, sino que la idea de Dios, al menos, las nacidas del Dios del cristianismo, ha sido un factor esencial, para que todo, todo progrese en todos los sentidos, modos, formas, maneras, etc.
Puede que usted no acepte el anterior aserto o enunciado, pero si reflexiona, que detrás de todo artilugio intelectual o real, siempre existen ideas esenciales, esas ideas esenciales, están casi siempre viviendo de la gran fuente de Dios, de los grandes principios que surgen y nacen y se desarrollan del Dios, y en particular de la concepción del Dios cristiano.
– Si negamos la posibilidad y la probabilidad de Dios, y seguimos el lema de esa campaña contra Dios, que se hizo hace unos años en algunos autobuses de algunas ciudades de España, dicha campaña, decía. “Probablemente Dios no existe, disfruta de la vida…”.
Puede entenderse que incentive un escepticismo o un agnosticismo. O dicho de otro modo, olvida que Dios existe o no existe, déjate de preocuparte por este concepto, exista o no exista, a lo sumo intenta llevar una vida moral suficiente y mínima, y disfruta de la vida, quítate de la angustia de pensar si existe Dios o no existe, y todo lo que ello obliga.
De alguna manera, el Carpe diem, cada uno como lo interprete, o dicho de otro modo cada uno, cómo lo quiera o desee interpretar. Al quitarse el ser humano de la preocupación de si existe Dios o no existe, cree que podrá vivir mejor, o al menos, así lo piensan algunos.
Pero esto es uno de los mayores errores conceptuales y existenciales y vivenciales del ser humano. Aunque admitimos, que hay que buscar a Dios, con sosiego, mesura, tranquilidad de ánimo, el ser humano no puede dejar de ansiar y dejar de buscar a Dios, porque el ser humano no se puede entender sin todas estas necesidades metafísicas. Por lo que sea, el ser humano, así lo ha mostrado y demostrado en toda la historia, no solo miles de años, sino posiblemente docenas de miles de años, el ser humano ha necesitado a Dios. No es una necesidad superficial, sino esencial. Está dentro de su naturaleza, las cuestiones metafísicas no son cosas superficiales, sino esenciales, tan esencial, como el respirar.
Olvidamos que los grandes principios y valores, o al menos, una gran parte de ellos, en los que se fundamentan las grandes ideologías del mundo, y especialmente las occidentales, se basan, tienen sus pilares esenciales, lo más dentro y fondo y esencial de ellas, en el concepto de Dios, es decir, por ejemplo, el concepto de libertad, igualdad, fraternidad, solidaridad, dignidad humana, y una docena más de grandes fundamentos del mundo, especialmente occidental, se basan en un concepto de Dios, o derivados de Dios, y del Dios del cristianismo. Si matamos a Dios, vamos matando esos principios. Nunca se ha entendido, que ideologías que predican esos grandes valores, no sean conscientes, que a menos Dios, menos libertad, a menos Dios menos aceptación del concepto de libertad, a menos Dios menos dignidad humana… Solo hay que salir al mundo y verlo y desear percibirlo…
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