Más allá del fin de las protestas y el reversazo del gobierno de Lenin Moreno sobre las medidas impopulares que había tomado para afrontar la crisis fiscal del país. Lo que se esconde es una desafiante lucha de poderes que traspasa las fronteras ecuatorianas, dado que se desarrolla dentro del ámbito del nuevo orden mundial de luchas hegemónicas imperiales entre Estados Unidos y China.
El presidente Lenin, asumió un gobierno quebrado y en apuros económicos. La crisis explotó en su mandato. Su administración sigue en una encrucijada sí para el rescate de la economía continuaba dependiendo de China o acude a las garras del FMI, un organismo controlado por Estados Unidos. De he hecho, este es un punto crucial para comprender la lucha de poderes entre el sector político del presidente Lenin y el sector político del ex presidente Rafael Correa, quien cuenta con el apoyo de la Asociación de organizaciones indígenas ecuatorianas.
Correa gobernó bajo el paraguas del naciente imperialismo chino, el cual a través de préstamos aseguró el dominio estratégico de la economía ecuatoriana en la expansión de su influencia en América Latina. Sin embargo, su gobierno, también recibió préstamos del FMI por más de US$2.000 millones y ahora criticar a Lenin, porque giro el péndulo hacia la dependencia crediticia del FMI.
Hace un año, el decano del departamento de economía de la Universidad ecuatoriana de las Américas, Vicente Albornoz, vaticinó que “así China rebajará los intereses de los créditos, Ecuador aún necesitará un préstamo de rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI)” y dijo que “el presidente Moreno sabía que estaba heredando un país en mal estado, pero no estaba completamente consciente de las cosas que tendría que hacer para corregir el problema”.
Por eso es interesante examinar las causas de la crisis ecuatoriana con ecuanimidad y sin sesgos ideológicos entre derecha e izquierda. La dolarización de la económica ecuatoriana en el año 2000 fue una medida que permitio superar la crisis de un endeudamiento que representaba el 85% del PIB y genero una gran estabilidad económica.
De aquel año en adelante se pusieron en marcha una serie de planes de austeridad en el gasto público que permitieron bajar el endeudamiento a un 20% del PIB. Durante nueve años se redujo la deuda. Del 2009 en adelante volvió el espiral de crecimiento de la deuda, cuando el gobierno de Correa, desbordó el gasto público y acordó una serie de empréstitos con el Banco de Desarrollo de China como consecuencia de la bonanza de los altos precios del petróleo.
De manera que después de la caída de los precios del petróleo, la deuda de Ecuador con China se volvió un asunto oneroso En ese período de gobierno de Correa se hicieron una serie de acuerdos comerciales y crediticios con los chinos y les vendieron millones de barriles de petróleo por adelantado. Unos acuerdos donde el gobierno ecuatoriano se comprometió enviar el 90% de las exportaciones petrolera a China hasta 2024. En otras palabras, Correa hipotecó la producción petrolera a los chinos.
En su libro Ecuador made in China, Fernando Villavicencio, dice que “las líneas de créditos fueron préstamos para no rebasar el tope de endeudamiento legal 40% del PI B” y señala que “fueron acuerdos crediticios firmados entre el Ministerio de Hacienda, Petroecuador, el Banco Chino de Desarrollo (BCC) y Petrochina”.
Durante el gobierno Correa del 2009 al 2017, Ecuador obtuvo empréstitos de China por más de US$ 18.170 millones. Prestamos que fueron respaldados con ventas anticipadas de petróleo y este es uno de los asuntos que se deben abordar cuando se hable sobre la crisis política que afronta el gobierno de Lenin.
El gobierno de Corea cuando se desplomaron los precios internacionales del Petróleo, inicio el calvario para las finanzas públicas ecuatorianas y los primeros síntomas de la crisis que ahora ha explotado en el gobierno de Moreno. El gasto público durante la administración de Correa, entre el 2011 y el 2014 paso del 25% PIB al 44% del PIB. Por lo tanto, el aumento del gasto público género el crecimiento del déficit fiscal que tiene al gobierno ecuatoriano en apuros.
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