Todas hemos sufrido un…

Todas hemos sufrido un…

La columnista Yolanda Domínguez, en el HuffPost del 15 octubre del 2017 titula un artículo Todas hemos sufrido a algún Harvey Weinstein en nuestra vida. 

En esta serie de y sobre columnistas que estoy medio siguiendo, le ha tocado el turno a nuestra protagonista. Y, en concreto esta temática. Creo que nuestra columnista, narra-describe-caracteriza muy bien el proceso del acoso-engaño-mentira-seducción que tantas jóvenes y mujeres sufren en sus vidas, alguna vez o dos o cinco, al menos.

Bien harían todas las mujeres de leerlo-pensarlo-meditarlo-reflexionarlo, no digo también que lo lean los varones-machos, porque no se merecen ese nombre de hombres, para que no realicen estos actos, sino temo que algunos lo perfeccionen, al verse reflejados. Por lo cual, reitero, léanlo y medítenlo todas las mujeres, al menos de la lengua española, y ya de paso, tradúzcanlo a otras lenguas. Porque, aunque un folio escrito, ninguno es perfecto, éste me parece que se acerca mucho a ello, siguiendo la estela del viejo maestro Larra, Mesoneros, Alarcón, analizador de costumbres…

La lujuria y el pansexualismo se ha adueñado del mundo, hemos caído en estos dos errores psicológico morales. Pienso que esta es la fuente de este mal. Ya, ya el hombre, decían los escolásticos sufren concupiscencia, que es la atracción o tendencia al mal, también sufre tentaciones, es fácil caer en errores morales graves, es fácil, lo que durante siglos, que ya no se enseña en ningún lado, caer en alguno de los siete pecados capitales, al menos, admitámoslos como siete errores morales graves capitales, que son la cabeza de muchos otros.

El párrafo anterior, sé que no gustará a muchos, y, ya que supongo tendré pocos lectores y lectoras, aún con este artículo, me quedaré en menos, unos dirán que ya tenemos la moral de siglos, otros, no les gustará que les analice el fondo de su corazón. Pero pienso, que en un fenómeno equis, sea un plato de la última cocina, sea un partido de futbol, sea una realidad sociopolítica o psicológica moral. Existen muchas capas-sedimentos-patrones-pilares. Y, en este caso, la raíz de muchos errores morales psicológicos sexuales que se están cometiendo, estriba, en un doble horizonte, por un lado, una concepción teórica errónea, segundo, una práctica o actuación errónea. Ambos errores se unen-hibridan-conforman-sinergizan-combinan, formando un mundo, que después, surgen las setas. Hongos que antes hemos ido sembrando.

Tenemos que erradicar-cortar las ramas podridas y las hojas y frutos negativos, pero también curar las raíces de ese árbol. No estamos hablando de negar la sexualidad humana, pero la sexualidad como cualquier realidad humana, tiene que tener una racionalidad y una moralidad y una legalidad. Además de otros parámetros, porque no solo somos animales, sino somos animales racionales morales, y según muchos, con alma-espíritu inmortal. No solo somos trozos de carne que hablamos y que nos emocionamos, sino somos personas, hasta dónde conocemos sujetos de una dignidad ilimitada, individual y colectivamente…

En Europa llevamos, al menos tres siglos, que hornadas de pensadores-filósofos-escritores-artistas, ahora científicos sociales, ha sido uno de sus fines, en general, no entremos en particularidades, ha sido derruir-destruir-dañar-descimentar el edificio intelectual moral, que desde los griegos, incluso antes, la civilización humana occidental, intentó construir. Por tanto, diríamos esa arquitectura psicológica moral de la ética. No estamos hablando que no tenga que evolucionar y progresar y modificarse, en lo que tenga que hacerse, porque eso es lo que siempre ha estado haciendo. Pero en estos siglos últimos se ha destruido hasta los cimientos más profundos. Y, las consecuencias, es que el hombre se ha quedado desnudo frente a la intemperie de la vida y las circunstancias, y la maldad-error de cada uno de nosotros y de los otros. Y, y en el terreno sexual es obvia y evidente.

Abres los canales de televisión por la noche, te encuentras, varias emisiones en distintas cadenas, en horas punta, que directa o indirectamente, incentivan “la anarquía moral en los terrenos de la sexualidad”. En nombre de grandes valores, que parece ser están en el fundamento, en el fondo, se está destruyendo las bases esenciales antropológicas y psicológicas y morales de una equilibrada y sana sexualidad humana. La gran pregunta, es, nadie se rasgue las corbatas-clazoncillos, ni las bragas-sostenes, si estamos convirtiendo Occidente, y por extensión el mundo, en una nueva Sodoma y Gomorra.

Como verán ustedes, no narro aquí, ningún contenido concreto sexual, ninguna tendencia, ninguna realidad sexual, ninguna apetencia o gusto o forma o manera o materialidad. Estoy hablando de las fuentes-raíces-fundamentos-pilares, estoy indicando, que pienso que muchos errores sexuales, que se están produciendo, se deben a que sin darnos cuenta, hemos caído en el error, de destruir el fundamento antropológico psicológico de la sexualidad humana, racional y moral. Esta es la cuestión.

Que mil depredadores sexuales basándose en su experiencia y vida, en su poder, atosiguen-cerquen a victimas, como nos indica la autora de este artículo. Se deben a muchas razones, a la maldad humana en primer lugar, a que estamos sometidos a multitud de tentaciones y pasiones y deseos y libidos desequilibrados-desarmonizados, que en sí, son buenos y verdaderos, si son racionales y equilibrados y moderados y moralmente ajustados. Y, porque no somos conscientes, de que para combatir una enfermedad, hay que luchar contra la fiebre pero también con la causa, contra los efectos secundarios y síntomas, y los primarios o raíces o fundamentos.

Pienso que en este tema, tan triste-ennegrecido-trágico de que miles, docenas de miles, cientos de miles, millones de mujeres sufren en el mundo este atosigamiento-injusticia, este acoso-seducción inmoral, pienso que hay que buscar no solo los hechos, no solo las realidades, sino también las causas-raíces-fundamentos-pilares profundos. La sociedad, a pasos agigantados está dejando-olvidando a Dios, y aunque Dios no existiese, la sociedad para vivir y sobrevivir necesita a Dios, un Dios racional y moral y prudente, que también nos indique el límite de nuestras pasiones-deseos-pulsiones-libidos-instintos…

A todos estos embaucadores-seductores, que tanto proliferan por todos los territorios-sociedades-culturas del mundo, pero aquí también en Europa-España, les habríamos de preguntar-cuestionar, les habría gustado que ese comportamiento que ellos tienen, -también algunas de ellas frente a otros ellos, no podemos negarlo-. Ese comportamiento les gustará que se lo hagan a sus hijas, nietas, hermanas, madres, abuelas, biznietas… Toda la moral mundial y todo el sistema jurídico mundial, todos los derechos humanos, todo se basa “en no hagas al otro, lo que no deseas que te hagan a ti, en las mismas circunstancias y condiciones”. Paz y bien y racionalidad…

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