Ucrania ha anunciado un cese de fuego unilateral en las regiones orientales, para permitir que los activistas armados depongan las armas o abandonen el país.
“Por nuestra parte, solamente le vamos a ofrecer una amnistía a los insurgentes que depongan las armas y a aquellos que no hayan cometido crímenes serios” dijo aquí el miércoles el presidente Petro Poroshenko a los reporteros. El período de cese de fuego sería “muy corto”, dijo Poroshenko, sin especificar el margen de tiempo exacto.
Poroshenko subrayó la importancia de garantizar la seguridad de los civiles en las regiones golpeadas por la crisis, instando a los rebeldes a liberar inmediatamente a los rehenes, abandonar los edificios tomados y llevar a cabo un desarme completo.
Para restaurar el orden en las áreas asoladas por los combates, las autoridades ucranianas estaban dispuestas a hacer aún más concesiones a los rebeldes, incluyendo una reforma constitucional integral, que fortalecería los poderes regionales, dijo Poroshenko.
Él también prometió develar su plan integral de paz de 14 puntos, para poner fin en pocos días a las protestas antigubernamentales en las regiones de Donetsk y Lugansk.
Kiev comenzó su operación militar contra los insurgentes a mediados de abril, en un intento por recuperar el control de ciudades y pueblos tomados por activistas armados, que se declararon independientes de Kiev.
La protesta en la región oriental de Ucrania, predominantemente ruso-parlante, comenzó en febrero, poco después del derrocamiento del presidente Viktor Yanukovych, como un movimiento pacífico que exigía más autonomía
Más tarde, la protesta desembocó en violentos disturbios, con los insurgentes exigiendo que la región se separara de Ucrania. Hasta ahora, más de 260 personas han muerto en enfrentamientos entre tropas y rebeldes en la parte oriental del país.
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