Las elecciones del próximo domingo en Colombia, se definirán entre Gustavo Petro, el candidato del Pacto Histórico, un líder político progresista que se ha destacado como un estadista, estudioso, inteligente, sereno, calmado y admirador de Gandhi. Un auténtico demócrata, defensor de las libertades y de los derechos humanos. Y Rodolfo Hernández, el candidato del establecimiento, el verdadero Caballero de Troya del continuismo del Centro Democrático, el partido del expresidente Álvaro Uribe Vélez en el poder. Hernández es un millonario santandereano, nacido hace 77 años en Pie de Cuesta, Santander, departamento cercano a la frontera con Venezuela. Es un personaje excéntrico, violento, conflictivo, racista, corrupto, tirano y admirador de Adolfo Hitler. Un auténtico tirano, violador de los derechos adquiridos de los trabajadores y de las mujeres.
Petro es un economista defensor del capitalismo de Estado, egresado de la Universidad Externado de Colombia, con estudios de especialización en las Universidades Católica de Lovaina (Bélgica), de Salamanca (España) y Jorge Tadeo de Bogotá. Profesor de postgrado en la Universidad Externado, concejal, Representante a la Cámara, Senador y ex alcalde de Bogotá.
Nacido hace 62 años, en Ciénaga de Oro, Córdoba, un zipaquireño y bogotano de adopción. Ha sido el congresista más valiente y frentero que en los últimos 20 años ha denunciado desde el parlamento colombiano los casos más sonados de corrupción en el país. Sus debates políticos contra la corrupción han puesto a temblar el país.
Fueron famosos en el Congreso de la República los debates del destape del escándalo de corrupción del Carrusel de la contratación en Bogotá del exalcalde Samuel Moreno Rojas y que tienen en la cárcel aquel exfuncionario. Otro gran debate fue sobre los vínculos de la clase política colombiana con el paramilitarismo y el narcotráfico por el cual fueron encarcelado más de 35 congresistas. Los últimos dos grandes debates fueron sobre la Farcpolìtica y el escándalo de Odebrecht. Es el candidato más preparado para gobernar la nación y quién representa el verdadero cambio en el país.
Entre tanto, Hernández es un ingeniero Civil, defensor del capitalismo especulativo y financierista, egresado de la Universidad Nacional, ex contratista del estado, empresario y urbanizador; ex concejal de Pie de Pie de Cuesta y ex alcalde de Bucaramanga, capital de departamento de Santander.
Es el candidato menos preparado para gobernar la nación, dado que muestra limitados conocimientos sobre el territorio nacional y cómo gobernar el país, y, desde luego, representa el continuismo de toda la simbología de la corrupción de los últimos dos decenios.
Hernández, cuya compaña está dedicada a denunciar la corrupción. Lo polémico es que no es un luchador contra la corrupción, sino un populista salpicado por varios escándalos de corrupción y llamado a juicio por dos casos con pruebas con documentos autenticados en una notaría sobre las coimas en beneficio de uno de sus hijos. Es un líder bastante astuto en el arte de engañar, calculador y estafador de gente pobre como urbanizador.
Un personaje que ha engañado al pueblo colombiano con le telenovela del supuesto secuestro y asesinato de su hija Juliana Hernández Oliveros, supuestamente secuestrada y asesinada por la guerrilla, pero con un guion de mentiras, debido a que las fechas reveladas del plagio no coinciden, como tampoco las versiones de la familia sobre los responsables del plagio si fue la ex guerrilla de las FARC o del Ejército de Liberación Nacional. Del entorno familiar de los Hernández se han filtrado versiones que por los maltratos familiares se fue voluntariamente para la guerrilla enamorada de un extinto guerrillero.
Se conocen testimonios que indican que al parecer su hija Juliana estuvo recluida en un centro de salud mental de Bucaramanga. Lo controvertido es que su cédula de identidad sigue vigente, tiene varias propiedades a su nombre, declara renta y tiene un RUT actualizado
Es el candidato menos preparado para gobernar la nación, dado que muestra limitados conocimientos sobre el territorio nacional y cómo gobernar el país, y, desde luego, representa el continuismo de toda la simbología de la corrupción de los últimos dos decenios.
Hernández, cuya compaña está dedicada a denunciar la corrupción. Lo polémico es que no es un luchador contra la corrupción, sino un populista salpicado por varios escándalos de corrupción y llamado a juicio por dos casos con pruebas con documentos autenticados en una notaría sobre las coimas en beneficio de uno de sus hijos. Es un líder bastante astuto en el arte de engañar, calculador y estafador de gente pobre como urbanizador.
Un personaje que ha engañado al pueblo colombiano con le telenovela del supuesto secuestro y asesinato de su hija Juliana Hernández Oliveros, supuestamente secuestrada y asesinada por la guerrilla, pero con un guion de mentiras, debido a que las fechas reveladas del plagio no coinciden, como tampoco las versiones de la familia sobre los responsables del plagio si fue la ex guerrilla de las FARC o del Ejército de Liberación Nacional. Del entorno familiar de los Hernández se han filtrado versiones que por los maltratos familiares se fue voluntariamente para la guerrilla enamorada de un extinto guerrillero.
Se conocen testimonios que indican que al parecer su hija Juliana estuvo recluida en un centro de salud mental de Bucaramanga. Lo controvertido es que su cédula de identidad sigue vigente, tiene varias propiedades a su nombre, declara renta y tiene un RUT actualizado.
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