La atleta Mónica Santos se negó a abortar y terminó parapléjica

La atleta Mónica Santos se negó a abortar y terminó parapléjica

Los Juegos Paralímpicos de Río han sido especiales para Mónica Santos porque han sido los primeros que disputa, en honor a su hija.

La esgrimista brasileña no abortó y quedó parapléjica, cuando tenía 18 años, Santos quedó en estado de buena esperanza (embarazada), pero a la vez que le comunicaron la buena noticia le diagnosticaron que tenía un agioma medular que le obligaba a someterse a una operación. Tendría primero que abortar, ante los riesgos que suponía la intervención, pero se negó. No quería quitarle la vida a su hija.

Decidió posponer la operación hasta que naciera su niña, Paola, y solo entonces programó su operación. Pero fue demasiado tarde. Mónica Santos se quedó parapléjica. «Creo que Dios me compensó por no haber matado la semillita que tenía en mí», asegura.

Antes de quedarse embarazada ya practicaba algunos deportes. Empezó con el baloncesto y años después conoció la esgrima. Ahora, 13 años después, sentada en una silla de ruedas, la bicampeona de América ha disputado sus primeros Juegos Paralímpicos, aunque se marchó de Río sin ganar una medalla. Su mejor trofeo es su hija Paola.

El aborto libre es un crimen. El informe que engloba un conjunto de proposiciones, ordenadas por aspectos éticos, legislativos, sanitarios y sociales, se posiciona sobre materias en las que concurría un vacío legal. Las medidas que impulsa el Gobierno de Cataluña consiste en intentan que el aborto (asesinato) esté protegido por la sanidad estatal.

Según el informe, la madre “tiene el derecho a la autonomía reproductiva”. De acuerdo con ello el Comité Bioético resuelve ampliar la interrupción de la gestación (crimen) hasta las 24 semanas sin que las madres deban exhibir ningún documento ni explicación para realizar el asesinato. También se pide que la edad mínima para interrumpir el embarazo debe ser de 16 años y la educación sexual en las escuelas se debería adelantar a los 11 años.

“Jamás un Gobierno se puede arrogar el derecho a decidir sobre la vida de un ser humano, aún no nacido, como si no fuera una persona, rebajándolo a la condición de objeto para servir a otros fines, aun cuando fueran grandes y nobles”, dijo Giovanni Lajolo.

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