El presidente Vladimir Putin dijo el jueves que Rusia no debe “aislarse del mundo exterior tras una valla” a pesar del deterioro de las relaciones Este-Oeste por causa de la insurgencia pro-Kremlin en Ucrania.

Putin agregó durante una visita a Crimea – territorio arrebatado en marzo por Rusia a Ucrania – que la presente guerra comercial con los Estados Unidos y Europa no ha significado que Moscú “debe romper lazos con sus socios. Pero nosotros tampoco debemos permitirles que nos traten con desdén”.

Los comentarios hicieron que el rublo ruso alcanzara, en relación al dólar,  su nivel más elevado en los últimos nueve días, porque los inversores interpretaron estos comentarios como una señal de que Putin prefirió no hacer escalar mucho más la letal crisis ucraniana.

Las relaciones del Kremlin con Occidente llegaron a su punto más bajo desde los peores años de la Guerra Fría, por el supuesto apoyo de Putin a los insurgentes ruso-parlantes que están batallando contra las autoridades pro-europeas en el este del ex estado soviético.

Las tensiones diplomáticas y los temores con respecto a la seguridad europea, se agravaron la semana pasada cuando Putin prohibió la importación de la mayoría de los productos cárnicos y lácteos desde los Estados Unidos y las naciones de la UE que impusieron sanciones a Rusia por su actitud hacia Ucrania.

Las agencias de noticias rusas citaron a Putin diciéndoles a los principales legisladores y ministros de la ciudad de Yalta, en Crimea, que él se vio obligado a anunciar esta prohibición de importar alimentos para proteger los intereses nacionales de Rusia.

Pero él subrayó que la medida también apuntaba a ayudar a revivir el sector agrícola interno y a permitir que los nuevos aliados en América Latina y países como Turquía jueguen un mayor papel en el mercado ruso. “Estas sanciones nos son solamente una medida de respuesta” dijo Putin.

“Estas, primero y principal, son medidas de apoyo para nuestros productores. Y ellos también deben ayudar a abrir nuestros mercados a países y productores que quieren cooperar con Rusia y están listos para esa cooperación”. 

Ucrania ha denunciado la visita de Putin a Crimea y se niega a reconocer formalmente la toma por parte de Moscú de esta estratégica península del Mar Negro, de cerca de dos millones de habitantes, mayoritariamente ruso-parlantes. Pero Putin desestimó las protestas de Ucrania y dijo que Crimea debe convertirse en el símbolo de un nuevo estado ruso, poderoso y unificado. 

Los rusos deben consolidarse como sociedad” no con el propósito de hacer la guerra, no para meterse en conflictos y enfrentamientos, sino para trabajar duro — en nombre de Rusia y para Rusia”. El agregó que Rusia “hará todo lo que dependa de nosotros para asegurarnos de que el conflicto (ucraniano) terminé lo más rápido posible”. Ucrania “se ha hundido en un sangriento caos, en un conflicto fratricida”, se lamentó Putin.

Pero el no precisó de qué manera Rusia se propone ayudar a las autoridades ucranianas a alcanzar un arreglo pacífico con los rebeldes o recomponer sus relaciones con Occidente. Moscú y Kiev están actualmente en desacuerdo con respecto a los detalles para dejar entrar 1.800 toneladas de ayuda humanitaria rusa a las áreas asoladas por el conflicto en Ucrania oriental.