Obama recuerda Katrina en Nueva Orleans

Obama recuerda Katrina en Nueva Orleans

Obama almorzó en el restaurante Willie Mae’s Scotch House, famoso por su pollo frito, con el alcalde de la ciudad, el congresista Cedric Richmond y un grupo de jóvenes del lugar.

El presidente Barack Obama visitó Nueva Orleans este jueves para celebrar la reconstrucción, real pero inacabada, de esta ciudad del sur de Estados Unidos, diez años después de haber sido devastada por el huracán Katrina.

El mandatario alabó la “extraordinaria resiliencia” de la “Big Easy”, como se apoda a la ciudad y destacó la confianza de los estadounidenses en el gobierno federal. En el aeropuerto internacional Armstrong, el presidente fue recibido por el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, uno de los candidatos republicanos a la presidencia, por el senador Bill Cassidy y el alcalde de Nueva Orleans, Mitch Landrieu.

Obama recorrió a pie el barrio afro-estadounidense de Treme, uno de los más antiguos de la ciudad. Este barrio, vecino del Viejo Barrio Francés, fue devastado hace una década tras la catástrofe natural más costosa de la historia de Estados Unidos, según el Ejecutivo: 150.000 millones de dólares sólo para la ciudad de Nueva Orleans.

Actualmente, según las autoridades, su población crece nuevamente, gracias a la multiplicación de viviendas sociales. “Ahora bien, que las viviendas sean buenas, no quiere decir que nuestro trabajo haya terminado. Esta es una comunidad en la que todavía hay mucha pobreza, pero el hecho de que hayamos logrado estos importantes avances 10 años después de un terrible desastre, de dimensiones épicas, es una señal del tipo de espíritu que tenemos en esta ciudad”, afirmó.

Obama almorzó en el restaurante Willie Mae’s Scotch House, famoso por su pollo frito, con el alcalde de la ciudad, el congresista Cedric Richmond y un grupo de jóvenes del lugar. En la tarde visitó Lower Ninth Ward, un barrio pobre que Katrina convirtió en símbolo de Nueva Orleans, como el jazz de Dixieland jazz o el carnaval de Mardi Gras en Bourbon Street.

“Ustedes inspiraron al país”, dijo ante unas 600 personas, en su mayoría afro-estadounidenses. “Esta ciudad va en la buena dirección y nunca tuve más confianza en que juntos llegaremos a donde debemos ir”. Evocando el drama que azotó a la ciudad, recordó que “un lugar conocido por el color y su música, súbitamente cayó en la oscuridad y el silencio”. Pero “Nueva Orleans vuelve mejor y más fuerte”, agregó, recordando “una ciudad que durante casi 300 años fue la imagen del alma de Estados Unidos”.

La visita de Obama busca destacar el renacimiento de la ciudad caracterizada por Tennessee Williams como “La última frontera de la bohemia”, convertida hace 10 años en una pesadilla de muerte y saqueos.
Katrina, un huracán de categoría 5 (la más alta de la escala), golpeó la costa sur de Estados Unidos el 29 de agosto de 2005, y la “Big Easy”, parcialmente edificada a nivel del mar, se sumergió en el caos.
Más de 1.800 personas murieron a lo largo de la costa sur de Estados Unidos, la mayoría en la propia ciudad, y más de un millón de habitantes fueron evacuados. “Lo que comenzó como un desastre natural se convirtió en uno hecho por el hombre, un fracaso del gobierno que no protegió a sus ciudadanos”, debía decir Obama, según un pasaje del discurso difundido anticipadamente por la Casa Blanca, aludiendo a los esfuerzos de su administración para la recuperación de la ciudad, que contrastan con las vacilaciones iniciales del expresidente George W. Bush.

Pero Obama también corre el riesgo de aparecer distanciado de la realidad si pone demasiado énfasis en la recuperación de Nueva Orleans. Ese mensaje “puede gustar más a los residentes blancos de la ciudad que a los residentes negros”, dijo Michael Henderson, de la Louisiana State University (LSU).
Según un sondeo reciente de la LSU, la vasta mayoría de los blancos cree que Luisiana ya se recuperó mayormente de “la tormenta”. Pero tres de cada cinco residentes negros lo niegan.

Sin embargo, el fuerte apoyo a Obama y a los legisladores demócratas  evitará una caída en la próxima elección, aunque su mensaje “no concuerde completamente con las opiniones o experiencias de muchos residentes”, prevé Henderson.

Martí Noticias

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