El declive de la producción mundial de crudo convencional se explica por medio de los métodos de análisis del geólogo King Hubbert sobre la producción de petróleo de los Estados Unidos, método conocido como la “curva de Hubbert” , pues dicho geólogo calculó en 1956 con extraordinaria precisión la fecha en que los Estados Unidos no podrían producir más petróleo de forma convencional aunque se perforaran más pozos. Así, la producción de petróleo de forma convencional en EEUU alcanzó su máximo nivel en 1970 y después comenzó a declinar, teniendo que importar en el 2005 casi el doble del total de crudo producido en dicho país.
Cénit del petróleo (Peak Oil)
La producción actual del petróleo proviene en más de un 60% de campos maduros,(que tienen más de 25 años de ser explotados de manera intensiva) por lo que las nuevas prospecciones se realizan en regiones más remotas (Ártico, Amazonas), con mayor coste productivo ( 120 $) y menor rentabilidad, amenazando en muchas ocasiones a reservas y parques naturales (Ártico, Alaska, Amazonas) y siendo el desfase entre el consumo mundial y los descubrimientos de nuevas explotaciones abismal (en una proporción de 4 a 1). Además, según los expertos , el tiempo necesario para poner en marcha a pleno rendimiento un yacimiento es de alrededor de 6 años, por lo que cualquier descubrimiento no podrá entrar en operación hasta después del 2018. Recordar que el 90% de la producción de crudo saudí procede de tan sólo cinco campos maduros y hasta el 60% procedería del megacampo de Ghawar y que los nuevos proyectos de infraestructura petrolera de extracción de crudo considerados como “grandes,” (aquellos de más de 500 millones de barriles) en Arabia Saudí para el 2017 son prácticamente inexistentes lo que acelerá la fecha de caducidad de sus reservas ociosas.
Por su parte, la producción mexicana también llegó a su cenit en el 2004, pues el principal yacimiento de México es el Cantarell, (que genera las dos terceras partes de la producción mexicana) tiene fecha de caducidad con la perspectiva de convertirse en importador neto de crudo en el horizonte del 2020, Venezuela necesita urgentemente nuevos hallazgos petrolíferos pues caso de seguir el ritmo actual de producción podrían agotarse sus reservas probadas en el 2021, por lo que habría firmado un acuerdo por el que la empresa petro-química estatal china Sinopec invertirá 14.000 millones de dólares para lograr una producción diaria de petróleo en 200.000 barriles diarios de crudo en la Faja Petrolífera del Orinoco, (considerado el yacimiento petrolero más abundante del mundo) mientras Noruega aspira a explotar conjuntamente con Rusia la plataforma continental del Mar de Barents (reservas estimadas de más de 7.000 millones de petróleo y gas convencional) ante el agotamiento de sus reservas del Mar del Norte, que alcanzó su cenit en el 2009 ( 6 millones de barriles al día).
Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la producción de petróleo en Rusia alcanzó su máximo histórico (11,41 millones de barriles diarios) en el año 1988 cuando todavía formaba parte de la Unión Soviética, pero tras el declive provocado por la crisis económica del 2008, la producción ha ido in crescendo hasta alcanzar los 10,59 millones de barriles por día (bpd) en el 2013 con una fecha de caducidad de 20 años. Rusia y China sellaron un estratosférico contrato petrolero que se convierte en uno de los mayores de la historia de la industria energética por el que la empresa rusa Rosneft, (la mayor petrolera del país), suministrará petróleo al gigante asiático durante 25 años por valor de 270.000 millones de dólares (unos 205.000 millones de euros) lo que aunado con el megacontrato gasístico firmado por la rusa Gazprom y la china CNPC por el que Rusia suministrará al país asiático 38.000 milones de metros cúbicos de gas natural por un monto aproximado de 400.000 millones $ y con una vigencia de 30 años a través del gaseoducto Sila Sibiri (La Fuerza de Siberia), sentaría las bases económicas de la Unión Euro-Asiática que inició su singladura el 1 de enero del 2015 como alternativa económica y militar al proyecto de Obama de crear una Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés)
Además, el acuerdo de cooperación energética del 2010 entre Irak, Irán y Siria para la construcción del gasoducto de South Pars a Homms que conectaría el Golfo Pérsico con el Mar Mediterráneo permitiría la llegada del gas iraní a la Unión Europea y aliviaría la severa rusodependencia energética europea, relativizando de paso la importancia estratégica de Turquía dentro del Proyecto del Gasoducto Trans-Adriático (TAP) así como el papel relevante de Arabia Saudí y Emiratos Árabes como suministradores de crudo a Occidente, pero tanto Irak como Siria estarían inmersos en procesos internos destructivos fruto de la balcanización implementada por EEUU siguiendo su doctrina del caos ordenado por lo que la exportación de productos petrolíferos de dichos países se antoja harto complicada.
Respecto a Irak y según un artículo publicado por el New York Times, una buena parte de la producción petrolera de dicho país tendría como destino China, dado que las compañías occidentales (Exxon Mobil, Shell, BP y otras serían reacias a invertir en dicho país, pues las regalías, impuestos y otros cargos cobrados en Irak suelen engullir el 90% o más de las ganancias de una empresa petrolera, mientras que las inversiones en EEUU consiguen una ganancia del 50% aunado con el hecho de que EEUU importa tan sólo el 3% de sus necesidades petrolíferas de Iraq. Así, el Gobierno de Al Maliki firmó en 2008 un acuerdo con China cifrado en 3.000 millones de dólares, mediante el cual la firma estatal China National Petroleum Corp. (CNPC) obtuvo los derechos de explotación durante 23 años del campo petrólifero de Al Ahdab (el mayor yacimiento abierto en Irak durante las dos últimas décadas con una producción estimada de 25.000 barriles diarios) recibiendo de parte china la condonación del 80 por ciento de la deuda heredada de la época de Sadam Hussein, estimada en unos 8.500 millones de dólares.En cuanto a Irán, posee, según los expertos, las terceras mayores reservas probadas del mundo de petróleo y gas tras Arabia Saudí e Irak , pero carece de la tecnología suficiente como para extraer el gas en los yacimientos más profundos por lo que precisa de una inversión de unos 155.000 millones de dólares para el desarrollo de la industria petrolera y gasista.
El fracking como arma estratégica de EE.UU.
La producción de petróleo de forma convencional en EEUU alcanzó su máximo nivel en 1970 y después comenzó a declinar, teniendo que importar en el 2005 casi el doble del total de crudo producido en dicho país hasta la aparición de la revolucionaria y controvertida técnica del fracking, hija del ingeniero George Mitchell y que consiste en la extracción de gas natural no convencional mediante la fracturación de la roca madre (pizarras y esquistos) para la extracción de gas de esquisto (shale gas) y de petróleo ligero (shale oil), técnica en la que EEUU sería pionero en su aplicación, descollando Texas, Oklahoma, Dakota del Norte, California, Colorado y Montana. Según datos publicados por la Administración de Información de Energía de EEUU (AIE), dicho país se habría convertido ya en el principal exportador mundial de combustibles refinados (gasolina y diésel), pudiendo convertirse en el horizonte del 2017 en exportador neto de GNL y además habría alcanzado una producción mensual de crudo equivalente a 6,5 millones de barriles diarios provenientes de los campos tradicionales y de las nuevas explotaciones de petróleo en roca porosa (Dakota del Norte). Teniendo en cuenta que el consumo doméstico de EEUU se movería en la horquilla de los 16 a los 20 millones de barriles diarios, seguirá siendo importador neto de crudo hasta el 2035, estimándose que en el 2020 el petróleo importado representará tan sólo el 26% de su mercado interno debido a la combinación de una alta producción interna y de un bajo consumo de crudo en el país tras asistir a su progresiva sustitución del petróleo por biocombustibles, gas natural licuado (GNL) y energías renovables, especialmente eólica, biomasa y fotovoltaica. En la actualidad, el 45% de las importaciones de crudo de EEUU proceden de Oriente Medio y Norte de África pero la nueva geoestrategia energética pasaría por tener a Canadá como principal proveedor de crudo, estando proyectada la construcción del oleoducto Keystone XL para transportar el crudo canadiense hasta el Golfo de México lo que tendrá como efectos colaterales la progresiva disminución de importaciones de crudo procedentes de la OPEP, México, Colombia y Brasil así como la drástica reducción de sus compras a Venezuela con el objetivo inequívoco de lograr la asfixia económica del régimen de Maduro y fagocitar sus reservas de petróleo (según el Departamento de Energía de EEUU, las ventas de crudo venezolano a EEUU serían de tan sólo 952.000 bpd diarios a finales del 2012 frente a los cerca de 1,7 millones de bpd vendidos en1998, representando en la actualidad el 8% del total importado), lo que obligará a México y Venezuela a redireccionar sus exportaciones hacia China y la India. Respecto a Europa, el objetivo inequívoco de EE.UU. sería sustituir la rusodependencia energética europea (30% del gas que importa la UE procede de Rusa) por la frackingdependencia, inundando el mercado europeo con el GNL (gas natural frackeado en EEUU y transportado mediante buques gaseros) para hundir los precios del gas ruso así como impulsar la utilización de la técnica del fracking en todos los países de la Europa Oriental, el llamado “arco del fracking europeo” que se extendería desde los Países Bálticos hasta la Ucrania europea, pasando por Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria y que dependerá de la tecnología de empresas estadounidenses como Chevron o Shell no siendo descartable que la mayoría de países de la UE sucumban al espejismo energético del fracking y terminen por utilizar dicha técnica en el horizonte del 2020 a pesar de las protestas de los grupos ecologistas anti-fracking.
El Niño y la nueva crisis alimentaria mundial
La Agencia Internacional de la Energía (AIE), en un reciente informe titulado “Perspectivas mundiales de inversión en energía”, advierte que será necesario invertir 48 Billones $ hasta el 2035 para cubrir las crecientes necesidades energéticas mundiales, pero el abrupto desplome del precio del crudo hasta los 50 $, imposibilitará a los países productores conseguir precios competitivos que permitirían la necesaria inversión en infraestructuras energéticas y búsqueda de nuevas explotaciones por lo que no sería descartable un posible estrangulamiento de la producción mundial del crudo en el horizonte del 2.020, al concatenarse la recuperación económica de EEUU y la UE con factores geopolíticos desestabilizadores (Nueva Guerra en Oriente Medio). Así, según Rystad Energy, la industria petrolera necesita reemplazar 34.000 millones de barriles de crudo al año pero en el 2.015 tan sólo se alcanzaron los 8.000 millones de barriles debido al drástico descenso de las inversiones en exploración y producción mundial (un 28% en el 2015 y se estima para el 2016 una nueva caída del 20%). Ello originará presumiblemente una psicosis de desabastecimiento y el incremento espectacular del precio del crudo hasta niveles del 2008 (rondando los 150 $) que tendrá su reflejo en un salvaje encarecimiento de los fletes de transporte y de los fertilizantes agrícolas lo que aunado con inusuales sequías e inundaciones en los tradicionales graneros mundiales y la consecuente aplicación de restricciones a la exportación de commodities agrícolas de dichos países para asegurar su autoabastecimiento,podría producir el desabastecimiento de los mercados mundiales, el incremento de los precios hasta niveles estratosféricos y la consecuente crisis alimentaria mundial.
Así, según cálculos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el fenómeno metereológico conocido como “El Niño”, tendría ya efectos devastadores en la seguridad alimentaria, medios de vida, nutrición y salud de cerca de 100 millones de personas en todo el mundo, por lo que sería necesaria una ayuda urgente de más de 7500 millones $ para labores de emergencia y recuperación de infraestructuras., de lo que serían paradigma la brutal seguía padecida por Centroamérica, Colombia, Venezuela ,California Vietnam, Etiopía, Timor Oriental y África Austral; inusuales inundaciones en Somalia, Tanzania, Estados sureños de EEUU, Ecuador, Perú, Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay así como devastadores incendios en California, Australia, Nueva Zelanda, Chile,Venezuela e Indonesia.
Por su parte, el economista de la FAO Abdolreza Abbassian, en declaraciones a The Associated Press, ha señalado que paraalimentar la población mundial, (que llegará a 9.000 millones de personas en el 2050), se necesitará un incremento de 70% de la producción global de alimentos en los próximos 40 años, tarea que se antoja titánica pues mientras la población mundial crece un 1,55% anual, los rendimientos del trigo (la mayor fuente de proteína en países pobres), habrían sufrido un descenso del 1%. Mención especial merece Egipto, país en el que un tercio de sus 80 millones de habitantes vivirían en el umbral de la pobreza y que se ve obligado a destinar ocho millones de toneladas de trigo anuales ( de los que 6 millones serían importadas), para producir el pan subsidiado, imprescindible para evitar las revueltas sociales del 2007 y lastrado por un desarrollo económico suicida, caracterizado por el crecimiento desmesurado de macrourbes y megacomplejos turísticos y la consiguiente reducción de la superficie destinada al cultivo agrícola,por lo que es urgente que revise sus políticas agrícolas y retorne a la arcana costumbre de disponer de reservas propias de granos para situaciones de emergencia. Si a ello le sumamos la intervención de los brokers especulativos en el mercado de futuros de las commodities agrícolas, el resultado sería una espiral de aumentos de precios en las materias primas imposibles de asumir por las economías del Primer Mundo y el finiquito de los Objetivos del Tercer Milenio de reducir el hambre en el mundo, pues según la FAO, desde el 2005 el índice de precios de cereales habría aumentado al doble y el número de desnutridos crónicos en el mundo rozaría en la actualidad los 925 millones de personas. La hambruna afectará especialmente a las Antillas, México, América Central, Colombia, Venezuela, Bolivia, Egipto,Cuerno de África, Mongolia, Corea del Norte, India, China, Bangladesh y Sudeste Asiático, ensañándose con especial virulencia con el África Subsahariana.
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